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Sherwood Anderson

19 de julio de 2013

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Algunas ilustres personalidades llegaron a Cuba cuando aún no lo eran y nadie podía suponer que lo fueran un día. La Guerra Hispano-cubano-norteamericana que interpuso a las tropas de Estados Unidos en el conflicto independentista de Cuba contra su metrópoli España y trajo consigo la ocupación de la Isla por el Gobierno norteamericano fue la razón por la cual desembarcó en Cuba un joven de 23 años nombrado Sherwood Anderson, quien sería uno de los maestros del relato corto en la literatura norteamericana del siglo XX.
Si en su andar por la Isla Anderson llegó o no hasta La Habana francamente lo desconocemos. Nos atendremos a su presencia en la ciudad de Sagua la Grande, de la actual provincia de Villa Clara, entre los días 26 de enero y 13 de marzo de 1899, algo acerca de lo cual escribió él en sus memorias y también lo han hecho los historiadores locales.
La aparición de sus Memorias en 1942, póstumamente, permitió conocer sus recuerdos de los días pasados en Cuba. Allí describe a Sagua la Grande como una ciudad pequeña, muy limpia, de aspecto antiguo, con una plaza de armas, un hotel, una iglesia y establecimientos de nombres que llaman su atención: El elegante, El león de oro, Sin rivales… También recuerda sus andares por los lomeríos colindantes. Las tropas de ocupación establecieron sus dormitorios en un solar yermo aledaño a la entonces llamada Plaza de la Cárcel, que los lugareños utilizaban para la prácticas beisboleras.
Un libro, por sobre todos, inserta a Sherwood Anderson en las más selectas antologías de la narrativa norteamericana. Su título es Winesburg, Ohio, y se publicó en 1919 a la manera de una colección de 22 relatos que revelan las frustraciones de los moradores de una comunidad rural, incapaces de adaptarse a las nuevas formas de vida.
Oriundo del estado de Ohio, donde nació el 13 de septiembre ce 1876,  se crió en una familia que mudaba frecuentemente de un pueblo a otro dentro de Ohio, a los 14 años abandonó los estudios, desempeñó diversos oficios y como ya sabemos fue soldado. A su regreso de Cuba administró una fábrica de barnices y después se encaminó hacia Chicago, donde trabajó para una agencia publicitaria, con lo cual dio inicio a su vida literaria. Varias de sus obras se publicaron después de su muerte, ocurrida en Colón, Panamá, el 8 de marzo de 1941.

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