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Santiago de Cuba valores del coleccionismo arqueológico

21 de junio de 2013

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La distancia cronológica que nos separa del momento del encuentro entre las culturas europeas y las originarias de nuestro continente tuvieron su obertura en el mal denominado descubrimiento de Cuba por la expedición apoyada por los Reyes Católicos de España que trajo al Caribe a Cristóbal Colón al frente de tres embarcaciones.. Pero para analizarla de forma justa resulta necesario llegar a los valores del coleccionismo arqueológico

El desconocimiento de las condiciones de aquellos momentos y la carencia de documentación, inexistentes entonces entre nuestros primitivos habitantes, y no siempre acertadas por parte de los cronistas recién llegados precisan de la necesidad de contar con otros elementos para poder evaluar en que condiciones aquel encuentro entre la población nativa y los europeos resultó no siempre certero ante la ignorancia in situ de sus cronistas.

Luego la mirada tiene que ir más allá de tales postrimerías para abrazar en sentido más justo a los primitivos habitantes de Cuba, miembros vivientes en una especie de paraíso tropical, que en oportunidades se ensombrecía por ataques de los caribes, los más fieros guerreros ubicados en otros puntos cercanos a la Isla.

Tales observaciones animan a colocar en el lugar que le corresponde para ganar en el acercamiento espiritual ante época tan remota a la búsqueda de otros elementos presenciales de ella para una más justa apreciación de la forma de vida cotidiana a través de muestras de campo que representan altos valores Y con reconocido prestigio el coleccionismo que ocupa el Museo de Santiago de Cuba ofrece una certera mirada de aquel lejano alba de Cuba.

La celebridad desde la apertura del Museo santiaguero demostró sus altos valores tanto desde piezas cubanas como extranjeras que ocuparon sus espacios desde su fundación el 12 de febrero de 1899 a iniciativa del ilustre santiaguero Don Emilio Bacardí Moreau( 1844-1922) Y que se mantiene con mayores  cuidados y enriquecimiento de sus elocuentes fondos como páginas de una historia imposible de ignorar ante tales muestras.

Dentro de sus piezas de la arqueología cubana están los cemíes líticos, únicos y de altos valores, procedentes de Playa Larga, entre Guantánamo y Santiago de Cuba. Ellos fueron reconocidos como los ídolos tallados en estagmitas que fueron localizados a principios del siglo XX en el poblado de Aguadores, Baracoa.

Los elementos museables resguardados por la institución de Santiago de Cuba, sirvieron como material comparativo con otras colecciones existentes en el archipiélago antillano para analizar el desarrollo de las comunidades del área. Desde tales fuentes se logró una ampliación del tesauro para ampliar criterios sobre aquella vida comunitaria al contarse con los elementos cotidianos de tan lejana época. Desde tales fondos se garantizó una construcción del pasado, que aunque primigenio ha apoyado al esclarecimiento más fidedigno del encuentro de los europeos con nuestras tierras.

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