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Robert Faz. Sonero Mayor (III)

8 de junio de 2022

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En 1964, estas grabaciones fueron recogidas en un LP producido por la EGREM. Para entonces, la voz de Faz y el respaldo de su conjunto, alcanzaron con estas grabaciones un éxito rotundo.[1]

En los años 1957 y 1958 al gobierno de Fulgencio Batista la situación política se le fue poniendo muy difícil, producto de esta situación, comienzan a escasear los contrato para bailes populares. Como una solución económica para el conjunto, Faz y su agrupación acertaron un contrato para actuar en Cayo Hueso, Tampa y Panamá.[2]

En la ciudad de Tampa, Faz fue invitado a cantar en el programa radial Fiesta en Tampa, y en Panamá en los Toldos Viceroy. En 1958, Faz y su conjunto, realizaron una gira por todo Centro y Sudamérica, para en ese mismo año regresan triunfantes a Cuba.

Entre 1958 y 1959, Roberto Faz y su conjunto hicieron presentaciones en el Show del Mediodía en CMQ TV, Radio Progreso, y Radio Mambí, a la vez de cumplimentar contratos en fiestas bailables por todo el país.

Con la personalidad artística de Roberto Faz, se trasmitía alegria, optimismo, apoyada por su probada afinación, ritmo y extensión vocal, así como en sus ricas improvisaciones en guarachas y sones montunos, amén de las excelencias en la interpretación de boleros.

En 1966, Roberto Faz y su conjunto llegan al clímax de la popularidad con la aparición del ritmo dengue, de Dámaso Pérez Prado, Para entonces graban para la EGREM “El dengue de la caña”, de Montero y Castillo, “Dengue del pollo”, y del propio Roberto Faz, “Dengue en Fa”. Estas piezas gozaron de una gran preferencia en el marco de los carnavales de 1966 y altas ventas en los mercados discográficos.

La contribución, éxitos y aportes de estas piezas musicales, estaban centrados en el propio estilo de cantar Faz, y la nomenclatura de su grupo, basada en la estructura de los conjuntos soneros, que como es conocido, tienen punto común con otros similares en la música caribeña.[3]

La voz de Faz, gozaba de una notabilidad capaz de fraguar una simpática jocosidad, la cual proyectaba un alto concepto estético en cada una de sus grabaciones, para las principales casas disqueras de Cuba, y hasta algunas extranjeras, ya fuere con el Conjunto Casino, o con su propia agrupación.

Roberto Faz, dejó para la discografía cubana, alrededor de 400 grabaciones, repartidas entre el Conjunto Casino y su propio conjunto, para diversos sellos, entre otros Roxi, Éxito, Seeco, Puchito, Panart, y RCA Victor.

La voz de Roberto Faz, siempre pudo ser escuchada de manera pública, gracias a las “vitrolas traganíqueles”, la radio, la televisión y bailes populares.

Una de las cualidades de Roberto Faz, era la modestia, parte indispensable de su atrayente personalidad y sencillez artística.

Otro de los grandes aportes de Faz a la música popular cubana, radica en su carácter como intérprete, como en los casos de Abelardo Barroso, Miguelito Cuní, Miguelito Valdés, Tito Gómez y Benny Moré. Él pertenecía a esa estirpe de cantantes que se nutrió del son habanero de los años 20, y de su antecedente venido de las regiones orientales.

Sus últimas grabaciones fueron realizadas el miércoles 30 de marzo en horas de la noche en los estudios de la EGREM, y en la mañana siguiente en el ICRT, donde quedó su última grabación: Píntate los labios María, guaracha española de Ramón Castro; su último baile se realizó el 24 de ese mismo mes en la playa de Guanabo.

Dos días después, el 26 de abril de 1966, en medio del bullir y de la alegría reinante en los carnavales, falleció el sonero mayor Roberto Faz. La prensa cubana recogió en múltiples artículos su dolor por la perdida del gran cantante. El periódico Trabajadores, en un breve cintillo firmado por Nancy Robinson Calvet, deja leer: (…) sería imperdonable para quienes disfrutamos  de toda la extensión de su arte el no sumarnos a este duelo”[4]. También, entre muchos otros comentarios, Bohemia publicó un extenso reportaje titulado “Ha muerto un gran sonero”, del crítico Andrés Castillo, quien en dolidas palabras expresó: (…) doblemente dolorosa por prematura ha sido su muerte. A los 51 años de edad, Roberto Faz estaba en la cima de su popularidad musical criolla” (…).[5] También el cintillo titulado “Duelo popular el sepelio de Faz.[6]

La carrera artística de Roberto Faz constituye un ejemplo para la música popular cubana.

 

Notas:

[1] Consúltese el artículo de Raúl Martínez: Roberto Faz, en la revista Tropicana Internacional no. 28 2007 Pág. 43. Cft José Reyes Fortún. Un siglo de discografía musical cubana. Libro en proceso de edición por el sello editorial Museo Nacional de la Música. Cfr. Música cubana: la aguja en el surco. Editorial Ediciones cubanas, 2015.

[2]  Raúl Martínez. Ibidem.

[3] Raúl Martines: Articulo Roberto faz sonero mayor. Revista Revolución y Cultura, abril 1983. Cfr además Radamés Giro. Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba. Tomo ll.

[4] Trabajadores. “Roberto Faz en el recuerdo de siempre” Trabajadores 27 de abril del 1966.

[5] Roberto Faz. Ha muerto un gran sonero. Bohemia (sin otra información) recorte existente en el Archivo Factográfico del Museo Nacional de la Música.

[6] Periódico Gramma. Duelo popular el sepelio de Faz. 28 de abril de 1966.

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