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Riesgos del uso crónico de medicamentos en situaciones no indicadas (I)

23 de enero de 2019

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Aunque mucho se habla de todos los riesgos que acompañan a la automedicación, esta una práctica que se continua realizando de forma cotidiana por la mayoría de la población. La administración desautorizada de medicamentos, característica de la automedicación, involucra mayormente a los adultos, pero los niños son también objeto de ella cuando por decisión de sus padres se les dan a tomar medicamentos que no han sido indicados por un facultativo.

Uno de los padecimientos que más motivan la automedicación es el dolor. Algo que ocurre principalmente cuando se presentan situaciones en las que el dolor se hace crónico, dificultando la realización de las tareas diarias.

En casos como estos, muchas personas optan equivocadamente por empezar a consumir medicamentos analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos en busca de alivio, que lentamente y sin darse apenas cuenta, los va induciendo a un uso crónico de estos fármacos que puede resultar muy peligroso para su salud.

Es así que, la automedicación repetida y prolongada con medicamentos para el dolor, lejos de ser una solución podría convertirse en un gran problema, ya que contrario a lo esperado el resultado puede ser una disminución de la sensibilidad al fármaco del organismo, produciendo lo que se conoce como tolerancia.

A consecuencia de este fenómeno, con frecuencia aparece la tendencia de incrementar la dosis administrada para obtener los mismos efectos. Estos incrementos de dosis pueden irse haciendo repetidos en el tiempo, complicando mucho más la situación, puesto que la administración de dosis mayores o a intervalos de tiempo más corto, posibilitan que también aumente el riesgo de que se produzcan peligrosas reacciones adversas y sobredosis.

En respuesta a estas conductas no responsables, lo correcto es no automedicarse. Como primer recurso, lo aconsejable será consultar a un facultativo para conocer la causa del dolor. Complementariamente, se pueden revisar todas las opciones disponibles para tratar el dolor sin acudir al consumo de medicamentos. Alternativas destacadas como las terapias físicas o fisioterapia, la aplicación de masajes, los cambios posturales y muchas otras técnicas que pueden estar a nuestro alcance, sin dudas nos ayudarán a combatir el dolor de un modo más seguro.

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