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Red de Hermandad de ciudades americanas Patrimonio de la Humanidad

4 de marzo de 2016

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Cusco

 

La tenencia en territorio nacional de ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad es un gran honor para los gobiernos y ciudadanos a los cuales pertenece. Ello implica un trabajo arduo en su conservación y cuidado, y ha generado la creación de grupos o redes para transmitirse experiencias de unas a otras, coordinar acciones y trabajar de manera conjunta por el progreso de cada una. Es una manera de compartir la responsabilidad que se adquiere con el patrimonio. Existen varias de estas agrupaciones. A continuación se hará referencia a una de ellas.
La Red de Hermandad de ciudades americanas Patrimonio de la Humanidad fue creada 11 de julio de 2002, cuando se reunieron en Cartagena de Indias representantes de diversas ciudades y naciones de América, bajo el auspicio de la UNESCO y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Esta red es una organización creada con el objetivo central de articular los valores patrimoniales de las ciudades participantes, programas destinados a mejorar la calidad de vida de sus habitantes, promoviendo su desarrollo y contribuyendo a erradicar la pobreza, tantas veces presente, en los centros históricos de América. Es una asociación que aglutinara los esfuerzos de sus ciudades-patrimonio. La Red contribuirá a dirigir todos los esfuerzos en una sola dirección, para promover conjuntamente nuestro turismo, centralizar nuestra información en un banco de datos con acceso por Internet, y realizar acciones colectivas de beneficio común.
Cerca de 37 ciudades de 17 países del continente americano han sido designadas como Patrimonio de la Humanidad, y todas y cada una tienen mucho que aportar al conjunto para formar una red fuerte y actuante a favor de nuestra herencia y, sobre todo, de nuestro futuro. Entre ellas se encuentran Quito, Cuenca, Potosí, Sucre, Mompox, La Habana, Puebla, Arequipa, Cusco, Lima y Santo Domingo
La Red busca diseñar y presentar programas para combatir la marginalidad –dentro del concepto de desarrollo humano sostenible–, en áreas como el turismo y la vivienda, además de promover políticas y orientar recursos hacia la eliminación de la exclusión social y la pobreza.
La idea es hacer del patrimonio cultural un punto de apoyo para lograr un desarrollo humano sostenible en las ciudades-patrimonio y en sus respectivas áreas de influencia.

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