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Recursos para ser competentes

20 de octubre de 2017

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En la entrega anterior escribí sobre el camino hacia el éxito, que a diferencia de décadas anteriores, no es asunto de los adultos y su decisión personal, sino que desde la niñez ya los padres están preocupados por la preparación de excelencia y multifacética de los hijos para que puedan aspirar a universidades y carreras socialmente importantes y por consiguiente, más adelante, a puestos de trabajo de relevancia.

También dije que había más para decir, ya es una realidad que no podemos evadir; la vida es más rápida y compleja y quien quiere entrar en la competencia, y puede, porque tiene los diferentes recursos, empezando por el talento, siguiendo con la fuerza de voluntad, pues también tiene que tener en cuenta que necesita trabajar en su bienestar psicológico, mecanismos para afrontar el estrés, y sobre todo, desarrollar la auto observación para detectar cambios de humor y de conducta.

Claro que si son niños, son los padres los que tienen que realizar esta observación, y enseñar a sus hijos a no perder de vista que alcanzar las metas no puede de ninguna manera destruir o afectar el equilibrio emocional y la felicidad, por lo que hay que saber encontrar el balance en la vida, y no todo es estudiar y trabajar, sino que descansar, darse tiempo, tener amigos, aceptar lo que no se puede hacer, buscar otros caminos e incluso hasta “tirar la toalla” es humano; eso es a lo que quería llegar, o sea, que no se puede perder la esencia humana en pos de un sueño, sino que ese sueño tiene que alimentar la esencia de cada una de las personas.

Entonces, ¿cuáles son las conductas y emociones más frecuentes que son sintomáticas que el chico o la chica están abrumados con el exceso de exigencia? En primer lugar si se observa un cambio en su conducta, o sea, si duerme poco o demasiado, si se encierra en sí mismo, si cambia las actividades habituales, como es no jugar o salir con amigos, si se mantiene encerrado en su habitación durante mucho tiempo, sin que se sepa que es lo que está haciendo, son alertas para identificar que hay una disfunción.

También los cambios de humor, como es la irritabilidad, discutir mucho, gritar, o por el contrario, mostrarse tímido, callado, triste, susceptible, o también ansioso son otros signos preocupantes. Es muy importante que también se esté alerta en el caso de adolescentes y jóvenes conductas erráticas, de hipervigilancia, que gaste dinero y no se sepa en que lo utiliza, e incluso que parezca ebrio sin sentirle olor a alcohol, porque es muy posible que esté ingiriendo algún tipo de fármaco o droga que cree puede aumentarle el vigor y la capacidad de aprendizaje, y no tengo que explicarles lo grave de esta situación.

Los adultos que tienen grandes responsabilidades laborales son susceptibles a los mismos daños, y aumentan la cantidad de horas dedicadas al trabajo, molestia en el hogar por el más nimio problema, ya sea porque los niños jueguen, etc., y claro que no le dedica mucho tiempo a la familia, todo lo cual son claras manifestaciones de estrés. Y a estas alturas, los que son asiduos lectores sabrán que les diré que la mejor prevención para este tipo de daño es estar educado emocionalmente que funciona como una auto defensa terapéutica muy eficaz, donde están la autorregulación emocional y el ajuste de las metas que es tanto conocer cuales emociones son las que nos caracterizan, como saber cómo manejarlas en función de beneficiar nuestras conductas para que se ajusten y mejoren.

Un ejemplo de la autorregulación es la ira como manifestación de impotencia porque no se alcanzó una evaluación esperada en un examen o una estrategia de trabajo fue rechazada por el consejo directivo, por lo que hay que detenerse a pensar ¿qué me resuelve y ayuda el enojarme, más allá que un dolor de cabeza u otro daño? Por lo que si queremos revertir el resultado tengo que aprender a autorregularme, porque las emociones positivas potencian el trabajo de la mente. Ajustarse a la metas es fundamental porque los objetivos demasiados elevados en relación con las verdaderas posibilidades y recursos solo llevan a la frustración y a propósito de esto, recuerdo algo que me dijo una amiga cirujana con respecto a un residente de esa especialidad que no lograba avanzar y ella le aconsejó que si le gustaba tanto la cirugía, pero que no lograba hacerlo en la especialidad de cirugía general, pues que reajustara sus metas y se dedicara a otra especialidad quirúrgica pero de un solo aparato, ya sea urología, otorrinolaringología, etc., y a mí me pareció un consejo muy adecuado y que ejemplifica muy bien lo que significa el reajuste de las metas.

Por último, es necesario aprender a ser empáticos y tener habilidades sociales, y en el caso de la empatía, a los padres les digo que hay que evitar las críticas a los hijos por un mal resultado, sino que hay que acompañarlos en sus emociones y después, reiniciar una evaluación que sucedió para que haya fallado. Y las habilidades sociales son un recurso que permite contar con personas que constituyen un eficaz sistema de apoyo, como compañeros que le aconsejen, le ayuden a estudiar, le muestren recursos, y principalmente le entiendan.

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