Recorridos del cine cubano durante el 2016 (II)

17 de abril de 2017

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Luciano Castillo

 

 

El Festival Internacional de Cine de Cannes presentó el 20 de mayo, en la función de las 7 de la noche una copia restaurada del clásico del cine iberoamericano Memorias del subdesarrollo, realizado en 1968 por Tomás Gutiérrez Alea. Como cada año, Cannes Classics exhibió una veintena de copias restauradas. Para esta edición, se realizó un esfuerzo especial para invitar a países que jamás habían sido seleccionados en el pasado por su trabajo con el patrimonio cinematográfico: Eslovenia, Suiza, Pakistán, República Checa, Cuba, Tailandia, Hungría y Polonia.

La inclusión de Memorias del subdesarrollo fue posible por el financiamiento de The Film Foundation y The Georges Lucas Family y los esfuerzos conjuntos de la vicepresidencia de patrimonio del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, la Cinemateca de Cuba, la firma francesa Les Films du Camélia y la Cineteca de Bologna. Esta prestigiosa institución junto al laboratorio L’Immagine Ritrovata asumió la restauración definitiva del filme que a continuación se exhibió en salas francesas. En representación del ICAIC, asistieron: la actriz Mirtha Ibarra, viuda del realizador y Francisco Cordero, director del área de patrimonio.

 

 

Espejuelos oscuros, coproducción de Cuba y España dirigida por Jessica Rodríguez, inauguró el vigésimo octavo Encuentro de Cineclubes Yumurí-2016 en Matanzas que se extendió hasta el 11 de junio en la centenaria sala Velasco como sede principal. Talleres sobre documental, fotografía y edición destacaron en la cita organizada por la Federación Nacional de Cine Clubes de Cuba. La obra Los hijos del viento, de los autores Pedro Rodríguez, Orlando Oliva y Yolexis Rondón, obtuvo el Gran Premio y resultó la más ganadora del certamen al recibir también galardones en banda sonora, edición y dirección. El evento teórico que acompaña las proyecciones premió el texto «Influencia de los cines clubes ante el consumo cultural», de Eduardo Guillén y Juan José Vázquez. A su vez, el concurso de Moderadores recompensó La tendedera de Franco, dirigida por Pavel Otero. Los lauros en actuación femenina y masculina fueron para María Elena Hernández y Raúl Quiñones y Raúl Rodríguez, respectivamente. El jurado distinguió, además, las especialidades de fotografía, ópera prima, video arte, videoclip, y spot, mientras seis instituciones concedieron premios colaterales. La edición 28 del Yumurí-2016 recibió 72 cintas incluidas coproducciones de cineastas locales con otros de Colombia, Perú y España.

El actor y realizador Jorge Perugorría integra el grupo de 683 personalidades incorporadas en junio pasado a la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos. Perugorría obtuvo gran notoriedad por el protagonismo de Fresa y chocolate, codirigido por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío que fuera nominada en 1995 al premio Oscar en la categoría de mejor filme de habla no inglesa. Perugorría fue homenajeado posteriormente por su trayectoria artística en el Festival Internacional de Cine de Monterrey del 22 al 28 de agosto con la entrega del Cabrito de Plata, máximo reconocimiento del FIC Monterrey 2016.

 

 

Con la entrega de los galardones concluyó en Gibara el décimo segundo Festival Internacional de Cine Pobre, presidido por Jorge Perugorría. En la cosecha de galardones obtenidos por nuestro cine, el documental Humberto, de Carlos Barba, que promociona la obra de Humberto Solás, recibió el Premio del Festival. La pared de las palabras, de Fernando Pérez, fue el Premio especial del certamen; en la categoría de guion inédito de ficción el lauro recayó en Repatriación de Claudia Rojas Morales, también de Cuba. El bohío de Juan Carlos Pérez Balseiro mereció el premio en el concurso de animación y videoarte; La despedida del guionista y director cubano Alejandro Alonso, fue reconocida en el concurso de cortometraje documental y en largometraje documental se alzó con el galardón El tren de la línea norte, de Marcelo Martín. La profesora de Inglés, con guión de Alan González, fue otra de las obras premiadas en cortometraje de ficción, estímulo que recibió la destacada actriz Coralia Veloz entre aplausos del pueblo en la Villa Blanca.

 

 

El Museo Reina Sofía de Madrid, en colaboración con la Cinemateca de Cuba, presentó el ciclo “Por un cine imposible. Documental y vanguardia en Cuba (1959-1972)”, del 16 de junio al 9 de julio. La muestra, que rindió homenaje a Julio García Espinosa, estuvo dedicada “al movimiento documental cubano en torno a la Revolución, un episodio de la vanguardia en América Latina habitualmente ignorado”. El programa, con formatos originales procedentes del ICAIC, se articula en diálogo con la exposición retrospectiva que el Museo dedica al artista Wifredo Lam. La curaduría, a cargo del británico Michael Chanan, como contrapunto a las obras de García Espinosa, Sara Gómez, Manuel Octavio Gómez, Tomás Gutiérrez Alea, Néstor Almendros, Pastor Vega, José Massip, Octavio Cortázar, Nicolás Guillén Landrián y Manuel Herrera, entre otros, incluye una selección de filmes realizados en Cuba por cineastas extranjeros llegados durante los primeros años de la Revolución, como el holandés Joris Ivens y los franceses Chris Markér y Agnés Vardá. Del 20 al 30 de octubre el Doclisboa International Film Festival tuvo entre sus actividades paralelas esta muestra Por un cine imperfecto, programada posteriormente en instituciones de San Sebastián y A Coruña, España.

Por primera vez el cine cubano estuvo presente del 25 de junio al 3 de julio en el Festival Il Cinema Ritrovato, que auspicia la Cineteca de Bologna desde hace tres décadas. Este importantísimo evento, consagrado a la exhibición de copias restauradas de clásicos de la historia del cine y muestras retrospectivas de cinematografías, exhibió con notorio éxito Memorias del subdesarrollo, de Tomás Gutiérrez Alea. El Festival presentó además tres programas de cine cubano producido en la primera mitad del siglo XX en formato de 35 mm. El ciclo de cine silente lo integraron el corto El Parque de Palatino, que rodó en 1906 el pionero Enrique Díaz Quesada, restaurado por la Cineteca de Bologna, el documental ¿Cuál es la cubana de los ojos más lindos?, dirigido por Ernesto Gallardo en 1929, y el clásico largometraje La Virgen de la Caridad, realizado en 1930 por Ramón Peón.

 

 

De la producción sobreviviente del cine sonoro pre-revolucionario, la especialista Cecilia Cecciarelli seleccionó en colaboración con la Cinemateca de Cuba, los siguientes títulos: Maracas y bongó, dirigido en 1932 por Max Tosquella, Martí, mentor de juventudes, realizado en 1953 por Juan Díaz Quesada, Fiesta de la canción cubana, documental de Alberto Montes correspondiente a 1956, el reportaje Sonia Calero en el solar de Cine-Revista, el documental Tabaco rubio, acometido en 1958 por Rogelio Caparrós, y el largometraje de ficción Cuba canta y baila, realizado por Manuel de la Pedrosa en 1951.

La Cinemateca de Cuba inauguró la exposición Señales de Diana y Derubín el viernes 8 de julio en el lobby del cine Charles Chaplin. Con la curaduría de la especialista Sara Vega Miche, recorre la obra de dos importantes diseñadores de numerosos filmes cubanos: Diana Fernández y Derubín Jácome. Ella diseñó el vestuario para Cecilia, de Humberto Solás, Se permuta, de Juan Carlos Tabío, Una novia para David, de Orlando Rojas, Capablanca, de Manuel Herrera y La Bella del Alhambra, realizada por Enrique Pineda Barnet. Derubín Jácome, esposo de Diana, tiene como director de arte, escenógrafo y diseñador de vestuario una amplia filmografía en la que figuran, entre otros títulos notorios: El extraño caso de Rachel K, de Oscar Valdés, Cecilia y Un hombre de éxito, de Humberto Solás, Amada, codirigida por Solás y Nelson Rodríguez, Los pájaros tirándole a la escopeta, de Rolando Díaz, Clandestinos, de Fernando Pérez) y La Bella del Alhambra, de Pineda Barnet. Esta excelente exposición integró diseños, fotografías y piezas de vestuario concebidas por este binomio de diseñadores.

 

 

El cine cubano estuvo de fiesta en la programación de verano que elaboró el ICAIC y abarcó dos atractivas propuestas de interés para todas las generaciones de espectadores. El primer ciclo, con el nombre de «Lo poco visto», se exhibió en el Multicine Infanta del 4 al 10 de agosto e incluyó una docena de filmes producidos por el ICAIC en las décadas de los años sesenta y setenta. Los títulos de los sesenta son: Crónica cubana, de Ugo Ulive, El robo, de Jorge Fraga, las comedias Papeles son papeles, de Fausto Canel, y El bautizo, dirigida por Roberto Fandiño, El huésped, realizada por Eduardo Manet, así como Tulipa, excelente filme de Manuel Octavio Gómez.

Seis notorias producciones de la década de los setenta figuraron en esta selección del cine cubano que posibilitó el reencuentro del público con esas películas: Los días del agua, de Manuel Octavio Gómez, Un día de noviembre, de Humberto Solás, El extraño caso de Rachel K, un policíaco dirigido por el importante documentalista Oscar Valdés, y el clásico De cierta manera, primer y único largometraje de la cineasta Sara Gómez. Conformaron esta muestra de «Lo poco visto» de los años setenta otros dos títulos: Rancheador, de Sergio Giral, que integra su trilogía sobre la esclavitud, y No hay sábado sin sol, comedia realizada por Manuel Herrera.

“Grandes éxitos”  es el título de otra de las propuestas que sobre el cine cubano presentó el ICAIC en su programación veraniega del cine Charles Chaplin entre el 11 y el 17 de agosto. Una docena de largometrajes con gran resonancia de público y crítica fue seleccionada para disfrute del público y abarcó: Retrato de Teresa, significativo filme de Pastor Vega, Guardafronteras, de Octavio Cortázar y Una novia para David, de Orlando Rojas, de especial interés para el público juvenil por abordar sus conflictos,  las comedias Se permuta y Los pájaros tirándole a la escopeta, realizadas por Juan Carlos Tabío y Rolando Díaz, respectivamente, el largometraje de animación ¡Vampiros en La Habana!, de Juan Padrón devenido una película de culto, y La bella del Alhambra, clásico de nuestro cine musical realizado por Enrique Pineda Barnet. Otros resonantes éxitos de nuestro cine que pudieron ser apreciados por los espectadores en esta propuesta estival fueron Fresa y chocolate, codirigido por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, el musical Zafiros, locura azul, de Manuel Herrera, sobre el popular cuarteto vocal, y una trilogía de cintas muy aclamadas en todas partes: Viva Cuba, de Juan Carlos Cremata, Habanastation, de Ian Padrón y Conducta, de Ernesto Daranas.

Una amplia muestra de filmes cubanos fue preseleccionada para la tercera Edición de los Premios Platino de Cine. Los largometrajes Cuba libre, La emboscada y Venecia, de los directores Jorge Luis Sánchez, Alejandro Gil y Enrique Álvarez, respectivamente, formaron parte de los 55 títulos prenominados a mejores obras iberoamericanas de ficción. Esos tres realizadores mencionados conformaron, junto a Jorge Perrugorría por su obra Fátima o el Parque de la Fraternidad, el listado de directores que aspiraron al galardón por la calidad de sus trabajos. Cuba libre, además de ser destacada en los apartados de Mejor Filme y Dirección, fue elegida a su vez en las categorías de Mejor Guión, Fotografía, Música Original, Montaje, Sonido y Dirección de arte.

Santa y Andrés, dirigida por el cubano Carlos Lechuga y producida por la compañía cubana independiente 5ta Avenida, Promenades Films (de Francia) e Igolai Producciones (de Colombia), formó parte de la sección oficial Contemporary World Cinema del Festival Internacional de Cine de Toronto, que se realizó entre el 8 y el 18 de septiembre de 2016. También fue seleccionado en el apartado Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián, entre el 16 y 24 de septiembre. El filme narra la historia de un encuentro, en apariencia imposible, entre dos personas muy distintas obligadas a compartir un mismo espacio.

El jurado de la edición número 26 de la Muestra del Almacén de la Imagen, celebrado en Camagüey entregó el 23 de septiembre el Gran Premio Luces de la Ciudad al documental Héroe de culto de Ernesto Sánchez Valdés, por la manera particular en que aborda un tema tan discutido en nuestra cultura como es la figura de Martí, así como por la experimentación formal con que conduce el tema. Este significativo documental recibió también los lauros a la Mejor edición para Beatriz Candelaria y Mejor Música original para Gabriel Oramas. Otros galardones por especialidades correspondieron a Violeta Ampudia por la dirección del corto de ficción Tilín Tilín, Rachel Gómez y Rafael Caraballo, por el guion del corto Devoción, Mejor dirección de fotografía a Elisa Barbosa, por el corto Quizás mañana, mientras que el cortometraje Fionia fue reconocido con los de Mejor Diseño de Banda Sonora a Daphne Guisado y Mejor Dirección de arte a Pepe Reyes. El premio a Mejor animación fuera para Yusniel Yanes, por el corto Dulce hogar. En esta categoría se confirió una mención a Yadnier Padrón por Tolerance.

 

 

Conducta, el exitoso largometraje dirigido por Ernesto Daranas, sumó un nuevo premio al ganar en la categoría largometrajes de ficción en el Festival Insularia-Islas en red, clausurado el domingo 9 de octubre en Tenerife, Islas Canarias. El galardón al mejor cortometraje de ficción  fue para Tiznao, una producción de la Escuela de Todos los Mundos rodada por Andrés Farías. Esta primera edición del certamen, con una voluntad integradora de la producción audiovisual de las islas del planeta, estuvo dedicada a Cuba como isla invitada. La programación abarcó un tributo a la memoria del cineasta Julio García Espinosa, una amplísima retrospectiva de cine documental y de ficción producido por el ICAIC en sus cuatro primeras décadas, una exposición de carteles cubanos de cine, un homenaje a la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños por su aniversario número 30 y un encuentro entre la Filmoteca Canaria y la Cinemateca de Cuba. (Continuará)