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Kiko Mendive. El príncipe de la guaracha

3 de febrero de 2017

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El 22 de noviembre de 1919, nació en el habanero barrio de Los Sitios, el cantante, actor y bailarín  Francisco Cecilio Mendive Pereira, luego conocido entre sus coterráneos como “Canillita”, y después, en el mundo artístico, como Kiko Mendive
Nacido y criado en un populoso solar, donde se cultivaba ampliamente  la rumba, la guaracha y el son, el futuro Kiko Mendive, bebió de estas músicas hasta cultivarlas de manera magistral.
Se sabe que Kiko Mendive en sus primeros años de juventud, trabajó como repartidor de cantinas (distribuidor a domicilio de comedidas modestas), y otras pobres y humildes ocupaciones,  y que estaba iniciado en la secta Abakuá.
Su carácter jovial y dicharachero, así como sus dotes para el canto y el baile, muy pronto le granjearon el afecto y el cariño de todos sus paisanos.
Muy temprano se le pudo ver alineando en algunas agrupaciones de son, entre otras, el Septeto Boloña, Jóvenes de la Crema de Vié, y por último en el Septeto Caribe.
Su gracia callejera en el decir y bailar la guaracha y el son (algo próximos al estilo del genial guarachero Orlando “Cascarita” Guerra), lo llevaron a integrar la entonces famosa y hoy legendaria  compañía artística de negros Batamú, dirigida por Armando Barreto y el pianista, compositor e investigador de la música cubana, Obdulio Morales. Con esta compañía, en 1941, viaja a México con un contrato ventajoso. Luego en esta ciudad, opta por separarse de la compañía y decide hacer su carrera en solitario en las radioemisoras XEQ y XEW, alcanzando desde estos micrófonos un contrato exclusivo y una gran popularidad.
Muy pronto se le pudo ver y escuchar en la banda de Arturo Núñez, agrupación con la que dejó una buena cantidad de discos para el sello Columbia, incluso con esta agrupación grabó una hermosa combinación, que comprendía los temas: Lamento esclavo, de Eliseo Grenet, Pensamiento, de Jaime Prat, y El caballo y la montura, de Saborit-Clavelito, en un antológico trío configurado por Benny Moré, Lalo Montané y el propio Kiko Mendive.
De la orquesta de Arturo Núñez, pasaría a diversas agrupaciones de fama, entre otras: su propia orquesta, El Conjunto de Silvestre Méndez, Homero Jiménez y su orquesta, Ismael Díaz y su orquesta, y el Conjunto de Humberto Cané;  incluso fue uno de los primeros vocalistas de la banda de Pérez Prado.
Entre algunos temas musicales que le dieron gran fama a Kiko Mendive, entre el público mejicano, figuran: Se acaba el mundo, Luna lunera, El baile del sillón, Nuestra cita, El telefonito, y Negro Bonito; todos grabados en México entre 1943 y 1952.
En 1943 fue llamado para participar como cantante y bailarín, junto a su banda,  en el filme Qué hombre tan simpático, compartiendo papeles con el gran actor azteca Fernando Soler. Luego vendría una exitosa carrera en el cine mejicano, en especial en los filmes de rumberas y cabarets. A esta película, le seguirían muchas otras de éxito, junto a las rumberas cubanas  Amalia Aguilar, María Antonieta Pons, Ninón Sevilla, Rosa Carmina, y la rumbera y actriz mejicana Meche Barba. Amén de compartir escenas con la gran actriz nicaragüense Yadira Jiménez, y la cubana Rosita Fornés. A estos filmes le continuaron infinidad de cortos filmicos con el respaldo de orquestas mejicanas y cubanas de paso por México.
A finales de 1952,  gozando de pleno éxito en la escena de México, por causas desconocidas decide inusitadamente viajar a Venezuela, junto al pianista puertorriqueño Noro Morales y la cantante cubana Olga Guillot.
En 1955, regresa a México, aquí es contratado para participar en los filmes Me lo dijo Adela (1955) y La engañadora (1956).
Luego volvió a Venezuela definitivamente (ca. 1956), donde en los primeros tiempos cantó y bailó con gran éxito para la televisión junto a la orquesta de Aldemaro Romero, grabó varios discos con la orquesta de Chucho Sanoja y algo después con la orquesta del pianista cubano Eduardo Cabrera (otrora fundador de la Banda Gigante de Benny Moré); hasta que, finalmente, decide explotar sus dotes de comediante en diversos programas de la televisión venezolana, en los que alcanzó un éxito rotundo entre el público. Murió repentinamente en Caracas el 5 de abril del 2000. Quizás debido al extenso y definitivo distanciamiento de su país natal, en Cuba es lamentablemente poco recordado.

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