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Rafael Sanzio en Martí

9 de abril de 2020

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Rafael Sanzio (1483-1520)

 

“He de escribir cuatro libros: Rafael, Miguel Ángel, Voltaire y Rousseau.” Dos pintores y dos escritores, considerados ya en su tiempo entre los grandes de la cultura universal, integran esta relación que aparece en un fragmento manuscrito de José Martí. Todo parece indicar que nunca llegó a cumplir ese propósito. Sin embargo, acerca de los cuatro encontramos numerosas referencias a lo largo de sus escritos.

En el caso del italiano Rafael Sanzio hay breves referencias dispersas en su vasta obra, algunas de apreciaciones tan de detalle que nos indican un examen de cierta hondura en la pintura de aquel renacentista y una lectura probable de análisis especializados acerca de su arte.

Llama la atención cómo relaciona a Rafael con Goya. Al poeta cubano José Joaquín Palma le dice: “Tú tienes más del azul de Rafael que del negro de Goya.” En la novela publicada por él bajo el título de Amistad funesta narra que uno de los personajes poesía “un dibujo de Goya, con lápiz rojo, dulce como una cabeza del mismo Rafael”. En una carta a su amigo uruguayo Enrique Estrázulas afirma que Goya “hacia cabezas con lápiz rojo a lo Rafael, que he visto en su cartera de niño en Aragón.” Y en un texto de 1886 para comentar la exhibición de los impresionistas franceses en Nueva York, señala: “Goya quien dibujaba cuando niño con toda la dulcedumbre de Rafael.”

Goya fue, sin dudas, el pintor de su tiempo más admirado por Martí; acercarlo a Rafael es, pues, prueba de su alta apreciación por este, cuya dulzura artística encuentra también en el español.

Con agudeza, se fijó el cubano en las vírgenes rafaelianas. En Amistad funesta, nos habla de la pintura de una cabeza por un autor de nuestra América que no identifica “que parece una virgen de Rafael, pero con rasgos americanos”. De Paul Deroche, francés contemporáneo suyo, alaba que supo “crear, como Rafael, la virgen madre”. Su atención a los rostros ya le llevaron a escribir en su juventud, en México, al describir así a la poetisa cubana Luisa Pérez: “para sí hubiera querido Rafael el óvalo que encierra aquella cara noble, serena y distinguida.”

 

Sagrada Familia, llamada la Perla Hacia 1518. Óleo sobre tabla, 147,4 x 116 cm.

“Sagrada Familia”, llamada “La Perla”, pintada por Rafael Sanzio hacia 1518. Óleo sobre tabla, 147,4 x 116 cm.

 

La notable precisión del juicio martiano sobre Rafael se manifiesta además en su apreciación de un posible defecto del pintor. En una reseña teatral acerca de una pieza del español José Echegaray dice: “Una gran imperfección garantiza un gran mérito. ¿No tiene acaso un brazo imperfecto el hermoso gladiador de Rafael?” Y al hablar de un pintor Italiano moderno al que una pierna quedó algo desdibujada, pregunta Martí: “¿no desdibujó el propio Rafael una pierna en el Spasimo?”.

 

Con el nombre popular de El Pasmo de Sicilia se conoce en España el cuadro títulado Caída en el Camino del Calvario que fue pintado por el gran Rafael Sanzio hacia 1515 para la iglesia del convento Santa María dello Spasimo

Con el nombre popular de “El Pasmo de Sicilia” se conoce en España el cuadro títulado “Caída en el Camino del Calvario”, que fue pintado por Rafael Sanzio hacia 1515 para la iglesia del convento Santa María dello Spasimo

 

Rafael Sanzio, cuyo quinto centenario de su muerte conmemoramos este año, fue también presentado en la revista La Edad de Oro como ejemplo de “asombrosa” precocidad artística. ¿Buscaba así Martí estimular en los niños que leían su revista cualidades para crear en el arte como las de Rafael?

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