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Qué sucede si olvido tomar…

25 de marzo de 2016

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Uno de los factores más importantes para el éxito de un tratamiento medicamentoso es el cumplimiento. Respetar los horarios de administración es crucial para mantener las concentraciones plasmáticas del fármaco en niveles terapéuticos y conseguir su efectividad.

La realidad, en cambio, es muy distinta. Con mucha frecuencia la vorágine de la vida cotidiana atenta contra el cumplimiento del horario de administración de los medicamentos y esto trae como resultado que se salte una o más tomas, con el consiguiente deterioro de la cantidad de dosis administrada.

Según citan las fuentes, un alto porcentaje de pacientes, más del 80%, olvidan alguna vez tomar su medicación a la hora normal. Esto sin lugar a dudas puede causar problemas, ya que olvidar una dosis puede hacer que el medicamento sea menos eficaz. Por otra parte, acortar el intervalo de administración de las dosis posteriores puede incrementar el riesgo de sufrir los efectos adversos del medicamento.

Con frecuencia es aceptable que los medicamentos que se administran oralmente se puedan tomar con una demora de hasta dos horas respecto al horario de administración pautado. En estas circunstancias, cualquier advertencia acerca de tomar antes o después de las comidas debe ser ignorada, ya que lo más importante es tomar la dosis del medicamento.

En los casos en que la administración se retrasa más de dos horas y el medicamento se toma una o dos veces al día, lo recomendado es tomarlo lo antes posible y posteriormente continuar con la pauta de administración prescrita.

En cambio, si la demora supera las dos horas y el medicamento se toma 3 veces o más al día, se recomienda suprimir la dosis olvidada, esperar hasta la siguiente y luego continuar los intervalos de modo normal.

Sin embargo, a pesar de haberse establecido estas recomendaciones generales, no puede descuidarse el hecho de que el riesgo no es uniforme en todos los casos y que en dependencia de las características de cada fármaco, el mismo puede incrementarse. Por ello conviene ilustrar las diversas situaciones con algunos ejemplos importantes.

En los antibióticos el incumplimiento de la pauta de dosificación afecta la completa eliminación del microorganismo causante del proceso infeccioso. Un riesgo aparejado muy importante es la resistencia microbiana, la cual compromete la prevención y el tratamiento eficaz de un número cada vez mayor de infecciones causadas por bacterias, parásitos, virus y hongos, y constituye en el presente una amenaza creciente para la salud pública mundial.

A causa de la resistencia muchos agentes antimicrobianos pierden su utilidad para curar las enfermedades. Esto ocurre cuando microorganismos inicialmente vulnerables a determinados antibióticos dejan de serlo. Desafortunadamente la resistencia antimicrobiana es un fenómeno que se observa cada vez con más frecuencia y que se ve facilitado por el uso inadecuado de los medicamentos, tal como sucede cuando se toman dosis insuficientes o no se finalizan los tratamientos prescritos.

Otro caso importante es el de los medicamentos de estrecho margen terapéutico, como el antiepiléptico fenitoína y el broncodilatador teofilina, en los que las dosis terapéutica y tóxica están muy próximas. Estos representan un riesgo importante cuando se altera la pauta de dosificación por olvido involuntario, ya que la no administración del medicamento puede conllevar a que el paciente quede sin protección contra las convulsiones o sin mejoría en la función respiratoria, según sea el caso. En cambio, la administración de una dosis doble para compensar la dosis olvidada podría comprometer su seguridad al propiciar la aparición de toxicidad.

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