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¿Puede el cerebro distinguir lo cierto de lo falso?

22 de noviembre de 2013

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Cuando le comentamos el ejemplo del fumador y de cómo debe afirmar el logro de haber dejado de fumar y no el de tengo que dejar de fumar porque estoy fumando mucho, hay dos principios que nos explican el por qué no es dañino utilizar estas visualizaciones basadas en el logro que aspiramos.
Recordemos que en una ocasión le explicamos el teorema de Thomas que dice: “Todo lo que usted considere como verdad se convencerá de ello y actuará en consecuencia a esa verdad suya”. Ahora bien, si usted comienza a decirlo constantemente, aunque no sea cierto, llega el momento que se lo llega a creer, comenzará a actuar con optimismo y comenzara a crear en su mente una nueva imagen mental una nueva realidad, y se produce como una especie de reprogramación en su mente, en su subconsciente, es como que se establece esa imagen que ha visualizado repetidamente y comenzará a ayudarle en su realidad exterior, porque usted se convencerá, sin decir el no, que cuando no se fuma uno se siente mejor.
Lo anterior está en dependencia de que sea consecuente con su realidad interior y con las metas que se haya propuesto, en este ejemplo, la meta es dejar de fumar, ahora bien, será cierto que estas imágenes tienen poder, o todo es ficción, todo es mentira, todo es una ilusión.
Podríamos preguntarnos: ¿En realidad visualizo o no todo lo que le sugerimos al cerebro, sea cierto o no? Si, efectivamente, el cerebro visualiza esas imágenes que se crean a partir de nuestros pensamientos, y por ello, cuando no le sugerimos nada desagradable, nada ofensivo, nada que pudiera agredirle, entonces estoy propiciando en mi mundo interior la visualización de situaciones agradables.
Había quedado pendiente un tema, el poder de las imágenes mentales si es algo de ficción o es real. En la concreta cuando usted se crea imágenes o visualiza lo que usted quiere y desea en la vida, y que según la ley de atracción es lo que pretende atraer para usted, pero siempre cuidando y siendo muy necesario conocer si estamos idealizando demasiado, si andamos fuera de la realidad o como decimos estamos soñando y vamos a  morir de desengaño, por ello, creo que es importante detenernos en este punto en el que debemos definir si estamos en presencia de visualizaciones ciertas, reales o no.
Las imágenes que nos creamos en nuestra mente son tan poderosas, que siempre actúan en nuestro organismo y provocan respuestas del mismo. Una imagen en la mente puede activar nuestro sistema nervioso y puede propiciar que llevemos a cabo la acción correspondiente.
Ahora bien, visualizamos algo que deseamos que no es real, el caso del fumador, la pregunta que se hacía, si no es verdad esa imagen de que estoy respirando bien, estoy saludable, imaginarme como un no fumador cuando en realidad en el presente lo soy, pero el problema, el secreto esta en que usted visualiza esa imagen pero el cerebro la percibe, pero el cerebro no sabe distinguir si esa imagen es cierta o no. Usted ha creado y visualizado la imagen gracias al cerebro, pero este no sabe si es cierta o no y como la considera cierta, que usted lo esta viviendo, hace que actúe a nivel del sistema nervioso y este en todo su organismo, este es el mecanismo que se produce. Usted crea la imagen, el cerebro con su creatividad se la hace ver, sentir, pero el cerebro no distingue si es una experiencia real o una experiencia vivamente imaginada.
Para que pueda comprender mejor este fenómeno, por ejemplo, si usted piensa en cualquier cosa y logra asociarlo con imágenes sensorialmente llenas de olor, de color, de sabor y sobre todo de emociones positivas, su sistema nervioso y su cerebro no logran discernir si lo que está experimentando está sucediendo en realidad o simplemente lo estas imaginando, sin embargo, para su mente es como si fuera realidad aunque comprenda que es solo su imaginación.
Uno de los estudiosos del tema propone un ejercicio que le ayudará a comprender mejor todo esto, hablo de John Roger que en su libro: “Usted no puede darse el lujo de tener un pensamiento negativo”, utiliza este ejercicio que le permitirá apreciar el poder que tiene el pensamiento sobre usted.
Intente cerrar sus ojos lentamente, imagine que tiene en sus manos un limón, visualice bien el limón, dibuje incluso en su mente su textura, lo estas tocando con tus manos, cada vez intenta ver mejor el limón, ahora lo ha puesto sobre una mesa y lo estás cortando, sientes mucho más fuerte el olor del limón, trata de evocar su textura, su olor, su sabor, su color, todo lo que te permita visualizar lo más real que pueda el limón, lo sigue cortando en dos mitades,  y ahora llévelo cerca de su nariz y aspire el olor de ese limón recién cortado ¿puede olerlo? ahora visualícese sintiendo todo su jugo en su boca, exprima todo su jugo en su boca, saboree algunas partes de su pulpa  interior, verde, bien verde, han caído sobre su lengua, continúe imaginando que saborea el limón, su jugo y su pulpa . No sé que le puede estar sucediendo en este preciso momento en que visualiza el limón en su boca, es posible que haya visualizado la respuesta de sus glándulas salivales ante esta imagen, o su cara haciendo ese gesto que hacemos ante lo ácido del limón, pero en realidad y puede haberse percatado que si hizo ese gesto que hacemos habitualmente ante un limón, e incluso, comprobara que en la realidad sus glándulas han segregado saliva. Entonces este simple pensamiento ha ocasionado una respuesta fisiológica en tu organismo que para su mente, para su cerebro tiene sentido, es real, y esa saliva producida tiene como objetivo neutralizar el ácido que contiene ese limón que ha creado como una imagen visualizada, pero que no existe en realidad.
Este ejercicio le ha demostrado que su mente ha sido incapaz de reconocer que las imágenes que esta procesando no representaban un hecho que estuviese ocurriendo sino que simplemente era un hecho imaginario.
Usted se percatará ahora que no solo es el ejemplo de limón, hay muchos otros que les invitamos a recordar la próxima semana.

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