ribbon

Primero de junio. Comienzo oficial de la temporada de huracanes

1 de junio de 2018

|

 

Fig 1

 

Cada primero de junio comienza el período anual de mayor actividad ciclónica tropical en el océano Atlántico, una extensa área geográfica donde se localiza el archipiélago cubano. Esa etapa de seis meses de duración finaliza oficialmente el 30 de noviembre.
La temporada de 2018, de hecho, ya puede considerarse iniciada con la tormenta subtropical Alberto, formada el pasado viernes 25 de mayo, y que ha causado daños materiales de consideración en Cuba, en primer lugar la pérdida de cuatro vidas.
La mayoría de los centros que han emitido pronósticos para la presente temporada de huracanes en el océano Atlántico coinciden en que la de este año se comportará más activamente que lo normal.
La mayoría de esas entidades, entre ellos nuestro Instituto de Meteorología, pronostican la formación de entre 14 y16 tormentas tropicales, de las cuales alrededor de nueve o diez se convertirán en huracanes. Eso significa que estos últimos organismos desarrollarán velocidades del viento superiores a los 120 km/h.

 

Fig 2

 

Particularmente, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos pronostica que de los huracanes que se originen este año, entre uno y cuatro serán de gran intensidad, lo que supone vientos por encima de 178 kilómetros por hora; o lo que es igual: serán clasificados en las categorías 3, 4 y 5 de la escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5 niveles. Las modificaciones que están ocurriendo en el clima global —generalmente conocidas como “cambio climático”— parecen expresarse en el incremento dela cantidad de organismos intensos, al parecer más frecuentes que hace años, lo que se deriva a su vez de la elevada temperatura de las aguas oceánicas hasta unos 100 metros de profundidad bajo la capa superficial, entre otros factores.
Desde el punto de vista estadístico, en una temporada promedio se forman y desarrollan en aguas del océano Atlántico unos 12 ciclones tropicales; y de esos ciclones, alrededor de seis se convierten en huracanes. De esos seis,a su vez, tres alcanzan gran intensidad.
Un hecho significativo ocurrió el pasado 2017, cuando se pronosticó una temporada “de normal a ligeramente activa”, que en realidad devino muy activa, atendiendo al total de 17 ciclones tropicales, 10 huracanes y 5 grandes huracanes. Tanto fue así que los nombres de Harvey, Irma, María y Nate han sido retirados de la lista nominal, y no se volverán a usar en el futuro porque se asocian a grandes daños humanos y materiales el pasado año en los territorios del mar Caribe, el golfo de México, Centroamérica y los Estados Unidos, provocados por los meteoros que llevaron esos nombres. Solo la memorable temporada de huracanes de 2005 supera en un nombre más (5) a los cuatro retirados en 2018. El pasado año, Irma marcó también un record de persistencia como huracán de categoría 5, con vientos de 297 km/h sostenidos durante 37 horas consecutivas. Así, pues, las expectativas de la temporada de huracanes para 2018 no parecen alejarse mucho de lo acaecido en 2017.

 

Fig 3

 

Es imprescindible recordar que el pronóstico estacional de la temporada de huracanes no puede prever los puntos de origen ni las trayectorias de los futuros organismos. Tampoco es posible precisar qué territorios pueden ser afectados ni en qué medida lo serán. Asimismo, el hecho de que el espacio geográfico cubano haya sido azotado en 2017 por el intenso Irma y por la tormenta subtropical Phillipe, no supone que exista inmunidad alguna para nuestro país en la temporada ciclónica 2018.
Resulta oportuno reiterar que aunque en los últimos años se ha venido trabajando en el ajuste y refinamiento de los modelos de pronóstico, ninguna previsión carece de incertidumbres. Por ello, la eventual presencia de un sistema tropical en la región de interés para Cuba obligará a mantener una estrecha vigilancia sobre su trayectoria y evolución. Asimismo, el mayor o menor número de sistemas tropicales y su mayor o menor intensidad, no guardan proporcionalidad alguna con el grado de amenaza o benignidad respecto a una región o territorio específico. Los huracanes son una cosa, y los desastres otra diferente. Los primeros ocurren por causas naturales; los segundos obedecen a factores humanos, sociales y económicos.
Aunque las nuevas tecnologías de la información suponen la posibilidad de acceder a una diversidad de contenidos, pronósticos y avisos relacionados con este tema, es oportuno reiterar que las fuentes oficiales de información meteorológica para Cuba son las que proceden del Instituto de Meteorología y el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, entidades que, a más de cualquier otra consideración, han mostrado sistemáticamentey de manera inequívoca su alta capacidad y eficacia en una labor que se apoya sobre rigurosas bases científicas.
En 2018, los nombres asignados para ciclones tropicales del océano Atlántico son: Alberto (ya utilizado), Beryl, Chris, Debby, Ernesto, Florence, Gordon, Helene, Isaac, Joyce, Kirk, Leslie, Michael, Nadine, Oscar, Patty, Rafael, Sara, Tony, Valerie y William. A partir de ahora veremos cuáles será necesario utilizar.

Galería de Imágenes

Comentarios