Presencia de la música cubana en el espectro musical de México (IV)
13 de diciembre de 2018
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Lamentablemente, ya hoy en día está casi olvidada la escena mexicana en la que intervino una gran cantidad de cantantes, bailarinas, instrumentistas y actores dramático cubanos.
En las décadas que corren entre los años treinta y cuarenta del siglo XX, Cuba cuenta con un panorama artístico totalmente afectado por subrayados movimientos migratorios, en ocasiones, permanentes o temporales, o, como en algunos otros casos, determinados por cortos o largos plazos.
Para la historiografía musical cubana, estas singulares circunstancias, en principio poco estudiadas, alcanzan a marcar las primeras décadas del siglo XX. Esto quizás, pudo motivar comportamientos que afectaron la estabilidad del espectro socio-económico cubano, virtualmente a partir de una explosión migratoria que registró, lo que se ha dado en llamar por la tradición como “la diáspora musical cubana”.
Esta especie de disgregación grupal, con inusitados desplazamientos en significativos periodos, apuntó en los primeros años del siglo XX hacia tres significativas vertientes o enclaves: Europa, en especial Francia; luego casi simultáneamente, Estados Unidos y México, entre otros países.
Algunos estudiosos de los procesos migratorios, para su valoración y una mayor clasificación objetiva, analizan a los que nunca más volvieron; los que luego de largos años emprendieron el regreso a Cuba con logros artísticos más o menos cometidos. Con el añadido de los que persistieron, aunque por cortos años, y después decidieron el retorno a Cuba, luego de relativos o fabulosos éxitos.
Esta corriente migratoria, involucró en especial a consagrados o nacientes exponentes de la creación musical cubana, y que por años e invariablemente, deciden el camino del “autoexilio” en busca de espacios propicios y de una mayor amplitud, para la factura de una realización artística estable.
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