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Preparar correctamente las suspensiones de antibióticos

4 de junio de 2019

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Muchos antibióticos para administración oral se presentan en forma de polvos, a partir de los cuales se elaboran las suspensiones para ser administradas al paciente.

La reconstitución de los polvos para preparar la suspensión requiere seguir varios pasos de forma apropiada, de modo que el medicamento resulte con la calidad, eficacia y seguridad esperadas.

Para esto, tanto los pacientes como los cuidadores deben ser adecuadamente informados para saber cómo preparar las suspensiones de antibióticos de la manera correcta.

El primer paso es agitar el polvo dentro del frasco para facilitar la reconstitución. Luego de hacerlo, se destapa el frasco para adicionar el agua, usualmente hervida, cuidando de añadir el volumen exacto que indica el prospecto.

Para facilitar este paso, por lo general los frascos para suspensiones traen una marca que indica hasta donde se tienen que llenar.

Una vez adicionado el líquido, se tapa el frasco y se agita vigorosamente para homogeneizar la suspensión, previo a su administración al paciente.

Luego de reconstituidas, las suspensiones de antibióticos deben conservarse durante el tiempo que establece el fabricante en el rótulo o el prospecto. Por lo general, este tiempo oscila de 7 a 10 días de acuerdo a la duración del tratamiento.

Un aspecto de especial interés es almacenar el producto respetando las especificaciones del fabricante. Cuando las suspensiones deban ser refrigeradas, se guardarán dentro del refrigerador, en la zona central, nunca en el congelador ni en las puertas.

Por último, como precaución importante para asegurar una correcta dosificación del antibiótico, se tiene que agitar siempre la suspensión antes de administrarla.

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