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Preludio sacramental…

28 de noviembre de 2018

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Colegio de las Escuelas Pías de Guanabacoa.

Colegio de las Escuelas Pías de Guanabacoa.

 

En el interior de la piedra y desde los cetrinos umbrales, se anuncia una población que mitigó, sin avenencias, la incertidumbre del tiempo, extirpada de otras estancias por colonizadores arrojos, se acogió luego, a las inmediaciones del agua, en sus regatos íntimos. Se inicia, entonces, en el revuelo del adoctrinamiento, la instrucción religiosa de esta población térrea, en arcilla y limo esculpida, modelada en los sinsabores del vasallaje, ella asume y reajusta su axiología –empírica y cotidiana formas de vislumbrar el mundo y sus acontecimientos–, a la doctrina católica, adiestrados por el magisterio de un Fray Alonso de Ulloa, perteneciente a la Orden Santo Domingo, primer clérigo asentado en Guanabacoa, referencia elemental de la labor de ilustración en la Villa, por entonces, pueblo de Indios, preludio sacramental de la enseñanza, en este espacio consagrado al sedimento y a la humedad, los mismos que perfilan y nos hacen sucumbir, estimado lectores, en las fisuras dispuestas por la historia, evocaremos entonces, los fundamentos de la enseñanza, tanto pública como la privada, en nuestra localidad.

Resulta innegable que el proceso de adoctrinamiento en Guanabacoa, se gesta, a partir de la incorporación de los principios católicos, a la población nativa, agrupada en este espacio geográfico, sin embargo, según las fuentes locales, las noticias más antiguas sobre el establecimiento de la instrucción pública, se remontan al año 1712, cuando Don Francisco Aval, presentó un comunicado al cabildo, mediante el cual se le autorizaba a ejercer el oficio de maestro de escuela.[1] Con anterioridad a esta fecha, Guanabacoa, disponía de una instrucción religiosa, como iniciamos esbozando, por lo que resulta probable que la enseñanza elemental –luego del proceso del establecimiento y crecimiento demográfico acontecido–, se transmitiera de padres a hijos. Recordemos que Guanabacoa, forjada como pueblo de indios, contaba para 1570, con 60 de ellos casados y un clérigo encargado de su doctrina.[2] Sin embargo, en las últimas tres décadas del siglo XVI, como se ha planteado también en otros artículos, se observaron cambios en la composición de su población –resultados significativos, si nos referimos a la posterior formación de la identidad cultural de este vecindario–. El crecimiento demográfico, a pesar de las Leyes de Indias dictadas para poblados con estas características, no se hizo esperar, la incursión y permanencia de moradores de origen español, con propensiones económicas, sustentadas en la productividad de los suelos, enrumbarían la transformación posterior del asentamiento originario, en una villa señorial española, hecho que aconteció hacia 1743, aunque ya, para inicios del siglo XVIII, según consta en actas, se precisaba del ejercicio del magisterio, dadas las características poblacionales.

Sin embargo, nuestra Villa de la Asunción, comienza a distinguir un mayor interés, por renovar la instrucción primaria, sobre todo, en el primer semestre del año 1766, específicamente el 25 de abril de dicho año, cuando tres maestros primarios, con certificados consignados por el Obispo Morell de Santa Cruz, se presentaron ante el cabildo, con el denodado fin, de “abrir una escuela pública para la enseñanza de los niños” en Guanabacoa. Las tres solicitudes resultaron consentidas.[3] Más de una década transitaría para que se conformara una nueva petitoria al respecto, esto aconteció, un 25 de febrero, pero del año 1779, cuando el señor Don José Piña precisa al cabildo, una concesión para establecer en la Villa “una escuela pública para la enseñanza de los niños”, el magnánimo ofrecimiento, se refería a la intención de enseñar “de balde”, es decir de forma gratuita, a la población más desfavorecida, la idea fue admitida sin parsimonia, a cambio, el señor Piña, recibiría una retribución a cuenta del Ayuntamiento. Para 1786, y según los entendidos en el tema, la enseñanza de las primeras grafías en Guanabacoa, corresponderían al maestro Don Francisco Buenebad, el cual fue retirado de sus obligaciones, ese mismo año, las razones de la cesantía, no se han logrado puntualizar, ante el palmario quebrantamiento del documento, en el que se describe y registra el “incidente” –entresijos de la historia, estimados lectores–, sin embargo, puede ojearse, llanamente, que dicha colocación fue destinada, de forma inmediata, a Don José Monroy, esto confirma la intención de las autoridades locales, de no privarse del honroso servicio.[4]

Al respecto, es preciso señalar, la apertura de una cátedra de filosofía en el Convento de San Francisco, según se concertó en el cabildo, formalizado el 22 de marzo de 1786.[5] Interesante acontecimiento, tomando en consideración, el desarrollo del iluminismo y de otras corrientes filosóficas enarboladas durante todo el siglo XVIII, período cardinal, dispuesto a vislumbrarnos el mundo moderno, a partir de los acontecimientos políticos, sociales, económicos, culturales e intelectuales, promovidos durante esta centuria, los cuales han extendido su influjo, hasta el presente.

Para el siglo XIX, de emancipaciones nacionales, las referencias sobre la educación en Guanabacoa, nos remontan al año 1821, al concedérsele una nueva permisión a Don Antonio Ferrera, interesado en alquilar una vivienda en la calle Concepción, con el objetivo de conformar una escuela de gracia, cuyo rector sería Don Juan González Elías.[6] En acta conveniente al 15 de noviembre del siguiente año, es decir, en 1922, se constata a la figura de González Elías, como mentor de dicha escuela.[7]

Otras evidencias, han llevado a los historiadores a determinar sobre la presencia, en esta época, de instituciones privadas, referentes a una reunión oficiada en el Ayuntamiento, el 19 de julio de 1822, en la cual se solicitaba testimonio sobre “…si la escuela de primeras letras establecida en el Convento de San Antonio de religiosos franciscanos subsistía como pública por cuenta del propio Convento en cumplimiento de la Real Orden vigente de la materia, o bien, por algún particular en la clase de privada…”[8]Todo parece indicar que la escuela había presentado, en algún momento, carácter privado, si se toma en consideración, la anotación enviada por el Ayuntamiento a los padres franciscanos, en la cual se les concretaba “…acceder a la cesión del colgadizo en el cual estuvo la escuela privada de Fray Fernando Martínez…”[9]

A pesar de las escasas reseñas relacionadas con los programas educativos manejados en las escuelas, tanto públicas como privadas, de Guanabacoa, se han podido determinar algunas de las disciplinas impartidas, entre ellas: ortografía, caligrafía, aritmética teórica y práctica, y principios de gramática castellana.[10]

De esta manera, se fueron organizando otras escuelas de instrucción, unas de carácter privado y otras, público, a las cuales nos referiremos en el próximo artículo, queridos lectores, solo les anticiparé que para 1840, se instaló y de manera oficial, el Reglamento de las Escuelas Gratuitas de Guanabacoa, según estas escrituras, los colegios gratuitos establecidos, les correspondía aprestar, un Consejo de Dirección, instituido por: un Director, un preceptor y un ayudante, pero… ya el espacio se agota, mas, el camino, en su humedad indeleble, nos otorga un nuevo resquicio, para así, evocar, desde su prodigalidad, a la historia.

 

Notas:

[1] Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guanabacoa. 24 de diciembre de 1712

[2] Relación de los vecinos de La Habana y Guanabacoa en 1582. Archivo General de Indias. Estante 54 Cajón 2 Legajo 22.

[3] Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guanabacoa, 25 de abril de 1766

[4] Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guanabacoa. 12 de enero de 1786

[5] Actas Capitulares del Ayuntamiento de Guanabacoa. 22 de marzo de 1786.

[6] Mévil, José Miguel: La Educación en Guanabacoa. 1er. Coloquio de Historia Local. Guanabacoa, 1989. Página 8

[7] Actas Capitulares del ayuntamiento de Guanabacoa. 15 de noviembre de 1822

[8] Actas Capitulares del ayuntamiento de Guanabacoa. 19 de julio de 1822

[9] Actas Capitulares del ayuntamiento de Guanabacoa. 20 de septiembre de 1822

[10] Actas Capitulares del ayuntamiento de Guanabacoa. 20 de septiembre de 1822

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