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Porfirio Barba Jacob

7 de noviembre de 2019

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Porfirio Barba Jacob es un personaje extraordinariamente interesante dentro del panorama de la cultura colombiana del siglo XX Su verdadero nombre fue Miguel Ángel Osorio y estuvo varias veces en Cuba. Según parece, la primera de aquellas visitas tuvo lugar en 1907, cuando redactó uno de sus textos, el titulado Espíritu errante, y de paso contactó con algunos valores de la cultura cubana de entonces, entre ellos, Ramón Catalá, Enrique José Varona y Alfonso Hernández Catá.

En 1914 regresó y lo hizo para una estancia más prolongada que aprovechó para visitar viejos amigos y hacer otros nuevos. Entre los textos que escribió aquí figuran los titulados El cincuentón, El triunfo de la vida, Canción de la vida profunda y Sapiencia.

Sin embargo, tal vez Porfirio Barba Jacob no sea ya muy recordado, aunque en opinión del crítico cubano Luis Suardíaz, fue “el más aplaudido y discutido bardo del continente en su época”… lo cual no es poco.

Durante una tercera visita, en 1925, lo conoció el inolvidable José Zacarías Tallet, quien lo describe así:

“Vestía pantalón de paño negro y saco de dril blanco, y entre el índice y el mayor de la siniestra sostenía dos cigarrillos —uno negro y otro blanco— que fumaba al unísono con estudiado ademán. Su rostro moreno y acaballado en el que relucían dos ojos de mirar intenso, era burlón, era siniestro —diabólico a ratos—, su figura enteca y larguirucha, de hombre que parece que va a desarmarse, me lo hicieron de primera intención antipático, repulsivo quizás, mas apenas trabamos conversación la magia seductora de su verbo me conquistó plenamente, y me trocó después en uno de los más fervientes admiradores de su talento enorme, de su personalidad poderosa y sugestiva, y de su poesía genial”.

Y hay algo interesante: Barba Jacob fue uno de los pocos extranjeros firmantes de la Carta abierta contra el encarcelamiento de Mella, publicada en El Día, el 25 de diciembre de 1925, y que redactada por Rubén Martínez Villena aparece suscrita, entre otros, por Enrique José Varona, Fernando Ortiz, Juan Marinello, Emilio Roig de Leuchsenring, José Zacarías Tallet y José Antonio Fernández de Castro.

Una cuarta visita —la última— hizo el poeta colombiano en 1930, ocasión en que lo acogieron sus amigos de siempre, dio un recital de poemas, dictó conferencias y, como era ya usual, dejó que todo el mundo hablara de él. .

Miguel Angel Osorio es uno de los más singulares protagonistas de la moderna picaresca literaria. Murió en 1942 y dejó un vacío grande entre los intelectuales.

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