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Picante ¿bueno o malo para el estómago?

3 de marzo de 2017

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Confieso que la primera vez que oí a alguien contar su experiencia de haberse curado una úlcera gástrica que padecía comiendo ají picante en abundancia, me pareció una completa locura. La falta de evidencias científicas que respaldaran el planteamiento y las propias contradicciones que existían con los criterios aceptados al respecto, me hicieron no darle mucho crédito a la aseveración.

Sin embargo, el hecho de atestiguar el absoluto convencimiento de esta persona respecto al efecto beneficioso del picante en su enfermedad, me llevó a mantener siempre en mente este comentario cada vez que me encuentro ante nuevos resultados que demuestran los efectos beneficiosos del consumo de ají picante en los trastornos funcionales del tubo digestivo.

Y es que pese a la extendida creencia del efecto nocivo del picante para el estómago, razón por la que tradicionalmente se ha desaconsejado el uso de especias picantes en las comidas por considerarlas irritantes de la mucosa gástrica, cada vez es mayor el número de investigaciones que ponen de manifiesto que el ají picante, o chile, y su componente activo, la capsaícina, poseen un efecto terapéutico potencial en el manejo de los trastornos funcionales del tubo digestivo que debe seguir siendo explorado más profundamente.

La capsaícina es el componente activo del ají picante. Esta sustancia es una oleorresina perteneciente al grupo de los capsaicinoides. Tiene efecto irritante y produce una fuerte sensación de ardor en la boca. Actúa sobre los receptores del dolor y cambia el foco de atención engañando al sistema nervioso central. Precisamente, el efecto de pérdida de sensación que posee la capsaícina es el responsable de las propiedades analgésicas que se le atribuyen.

Numerosos estudios han evidenciado que la capsaícina tiene efecto citoprotector sobre las células gástricas. Incluso, producto de su estímulo sobre las neuronas aferentes gástricas, la secreción alcalina de mucus y la circulación de la mucosa, la capsaícina es capaz de prevenir y favorecer la curación de las úlceras.

En adición a los beneficios propios de la capsaícina, los ajíes picantes son también una fuente importante de micronutrientes. Precisamente su brillante color rojo-anaranjado es una prueba de su elevado contenido en flavonoides beneficiosos como el caroteno.

Ricos en antioxidantes como las vitaminas A y C, los pimientos o chiles también contienen luteína y zeaxantina, las cuales pueden ayudar a prevenir los problemas de degeneración macular asociados al envejecimiento. También contienen manganeso, un mineral que el cuerpo necesita para la síntesis de la enzima superóxido dismutasa, importante en la eliminación de los radicales libres. Sin contar que son ricos en fibra y no contienen colesterol.

Hay muchos tipos de picantes y como se ha visto hasta aquí los beneficios de consumirlos no son pocos. Así que si decide atreverse con el picante, el mejor consejo será que lo consuma siempre con precaución y de manera equilibrada, pues sin dudas puede ser una buena oportunidad disfrutar este regalo “sazonado” que nos ofrece la madre natura.

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Comentarios



Ernesto Valdivia / 16 de septiembre de 2017

Excelente, antes lo disfrutaba ahora lo continuare haciendo, sobre todo en los mariscos donde un toque de picante es el sazón culminante al saborizarlos, Gracias