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Pedro Santacilia: tan cubano como mexicano (I)

9 de mayo de 2014

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santacicliaMuchos mexicanos lo creen nacido en tierras aztecas. En Cuba muchos no saben que nació cubano, y tanto, que vio la luz el 24 de junio de 1826, en la muy caribeña ciudad de  Santiago de Cuba.
Pero en el tránsito que medió desde su nacimiento en la Isla, hasta su muerte en México —tránsito que duraría 76 años— Pedro Antonio Santacilia Palacio llevaría una vida signada por la estrella de los que fundan.
Su padre, Joaquín Santana, era teniente de Granaderos, hijo a su vez de un catalán oficial de un regimiento de Infantería. Su madre, de nombre Isabel, era natural de la isla de Santo Domingo.
La familia, en medio de cierta holganza económica, propició al niño una formación académica a la par de las mejores familias santiagueras.
Era la época en que gobernaba la Isla el capitán general don Dionisio Vives, con fama de terco, amigo del soborno y reaccionario, todo de tal manera que lo hacía odioso incluso para muchos peninsulares. No  fue raro que la familia Santacilia promoviera sentimientos libertarios en el niño.
Luego de Vives llegaría Tacón, con peor fama y con la amarga experiencia de haber salido derrotado en tierras continentales por la fuerzas separatistas. El primer propósito del nuevo gobernador fue  acabar con mano dura las voces independentistas.
Entonces un hecho cambiaría la vida del pequeño. En 1836 —el 29 de septiembre—, se supo en Santiago que en España habían sonado disparos liberales. La Reina María Cristina se había visto obligada a restablecer la Constitución de 1812, en desuso desde hacía varios años.
En Santiago no poco fue el estallido de júbilo.
En el Departamento oriental gobernaba el general Manuel Lorenzo, quien rápidamente se aprestó a los nuevos tiempos; pero Tacón se negó a todo cambio y en su condición de figura política principal puso sitio naval y terrestre a la ciudad y logró desalojar al general Lorenzo, condenado a salir de Santiago y también de Cuba.
Con él se iban también sus partidarios, entre ellos, su edecán principal, Joaquín Santacilia, que de igual modo cargaba con su prole. Diez años tenía el vástago cuando partieron hacia Jamaica.
De esa etapa fueron sus primeros versos sobre Cuba, los aborígenes y el paisaje, y donde abundaban los signos de admiración al recordar la tierra natal y las ansias de libertad.

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