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Pedro Ramos, un pinareño perseverante desde el montículo

24 de julio de 2015

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pedro-ramosPor casi dos décadas, el lanzador Pedro Ramos brilló en terrenos cubanos y estadounidenses. Gracias a su control y perseverancia, inscribió su nombre entre las grandes figuras del béisbol en nuestro país.

Ramos nació el 28 de abril de 1935, en Pinar del Río. Comenzó su carrera deportiva en Estados Unidos, donde trabajó en competiciones de nivel AAA. En 1954, con 19 años, debutó en la Liga profesional cubana, con los Elefantes de Cienfuegos.

En la segunda parte de la década del 50, los Elefantes fueron los amplios dominadores de la Liga cubana y en los tres títulos obtenidos por ese equipo, entre 1955 y 1960, fue determinante la actuación desde el montículo de Ramos.

La primera corona de aquella selección que utilizaba como slogan “el paso del elefante, lento, pero aplastante”, llegó en la temporada 1955-56. Bajo la dirección de Óscar Rodríguez, los Elefantes ganaron 40 partidos y solo perdieron 29. Ramos formó, junto con Camilo Pascual, el mejor dúo de abridores de esa campaña. Pascual logró 12 victorias y Ramos 13, por lo que fue elegido Novato del Año.

El título les permitió a los Elefantes representar a Cuba en la Serie del Caribe de 1956, disputada en el Estado Olímpico de Panamá. Allí, otra vez el cuerpo de lanzadores del Cienfuegos asumió roles protagónicos. En la segunda presentación de los cubanos, Ramos subió al montículo frente a los venezolanos y estos apenas pudieron marcarle una carrera.

Luego, en el último desafío del Cienfuegos, frente a los Criollos de Caguas de Puerto Rico, Ramos volvió a mostrar total dominio y guió a su equipo a un triunfo de 4 carreras por 2. En total, en aquella Serie del Caribe, Ramos ganó dos partidos y lanzó para un excelente promedio de carreras limpias de 1,59; mientras su compañero, Pascual, también logró dos victorias y ponchó a 11 bateadores.

Tres años más tarde, en la temporada 1959-60 de la Liga cubana, los Elefantes, ahora comandados por Antonio Castaño, volvieron a ganar el campeonato, con un récord para estos torneos de 48 éxitos y solo 24 fracasos.  Esta vez el poder ofensivo de los Elefantes se hizo sentir con más fuerza, pues los bateadores dispararon 72 cuadrangulares.

La combinación de formidable pitcheo y gran ofensiva determinó que los Elefantes ganaran el campeonato, con 12 juegos de diferencia sobre sus más cercanos rivales, los Tigres de Marianao. Esta fue la mayor ventaja alcanzada por un campeón en las más de siete décadas de historia de la Liga profesional cubana.

Gracias a este nuevo título, los Elefantes volvieron a representar a Cuba en la Serie del Caribe de 1960, jugada en Panamá. En el Istmo, el Cienfuegos fue imparable y triunfó invicto, con otras dos victorias de Pascual y un triunfo de Ramos, más un juego salvado.

El 11 de febrero de 1960, los cubanos llegaron al noveno inning con ventaja de 4 por 0 sobre el Caguas puertorriqueño. Parecía que sería un fácil triunfo; sin embargo, a la hora de recoger los bates, los boricuas se revelaron, por lo que el manager Castaño se vio obligado a traer a Ramos como relevista. El pinareño sofocó la rebelión y garantizó el éxito de 4 carreras por 2.

En la fecha del cierre, Ramos entró como relevista y volvió a asegurar el éxito de los Elefantes, 10 por 7, sobre el Marlboro de Panamá. Ese fue el último partido de Cuba en una Serie del Caribe hasta la reincorporación del país a ese certamen, en 2014.

La temporada final de la Liga profesional cubana se jugó entre noviembre de 1960 y febrero de 1961. La directiva de las Grandes Ligas impidió que peloteros estadounidenses fueran contratados en Cuba, por lo que el evento se jugó, íntegramente, con peloteros nacionales.

El campeonato fue reñidísimo y encontró decisión en la fecha conclusiva. Los Alacranes de Almendares y los Elefantes de Cienfuegos, nuevamente dirigidos por Castaño, llegaron al último juego igualados en la cima de la tabla de posiciones. Ramos había tenido su mejor temporada en Cuba, por lo que nadie se sorprendió cuando el mánager le entregó la pelota.

Ramos respondió a la confianza con otra formidable actuación y sus compañeros lo apoyaron con el bate, para ganar por 8 carreras a 0 y conquistar así el quinto título en la historia de los Elefantes de Cienfuegos. En ese torneo, Ramos obtuvo 16 victorias, perdió 7 y finalizó con un promedio de carreras limpias de 2,04.

Los números de Pedro Ramos en la Liga profesional cubana fueron buenos: ganó 66 partidos, perdió 45, ponchó a 547 bateadores y su promedio de efectividad fue de 2,62.

El fin del profesionalismo en Cuba hizo que varios peloteros decidieran continuar sus carreras en Estados Unidos y otros países latinoamericanos. Ramos fue uno de ellos.

El debut de Ramos en las Grandes Ligas ocurrió el 11 de abril de 1955, cuando el pinareño tenía solo 19 años. El desaparecido equipo Senadores de Washington confió en Ramos  y este se mantuvo con ellos hasta 1960. Luego, el pinareño pasó por diferentes franquicias, hasta su retiro, en 1970. Vistió los uniformes de los Mellizos de Minnesota, Indios de Cleveland, Yanquis de Nueva York, Fillis de Filadelfia, Piratas de Pittsburgh y Rojos de Cincinnati.

En 1959, Ramos fue seleccionado para el Juego de Estrellas, en el que sustituyó a Camilo Pascual, quien estaba lesionado. En su extensa carrera de 15 años en las Mayores ganó 117 juegos y perdió 160. Este es un balance negativo, pero no podemos olvidar que Ramos lanzó casi siempre para equipos con pobres resultados, como los Senadores y Mellizos. Además, Ramos ponchó a 1305 bateadores, lanzó 13 lechadas y cerró con un promedio de carreras limpias de 4,08.

El pinareño Pedro Ramos tiene 79 años y continúa viviendo en Estados Unidos. Sus brillantes actuaciones desde el montículo del Gran Stadium del Cerro, en la década del cincuenta del siglo pasado, y sus buenas actuaciones en Grandes Ligas lo convirtieron en una figura imprescindible del béisbol cubano.

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