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Pedro Morell de Santa Cruz

25 de agosto de 2021

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Pedro Morel de Santa Cruz BN

 

Don Pedro Morell de Santa Cruz nació en la isla de Santo Domingo, entonces La Española, en 1694 y llegó a Cuba en 1718. Doctorado en Cánones de la Universidad de La Habana, fue además de una alta dignidad eclesiástica, un hombre estrechamente vinculado con la sociedad cubana del siglo XVIII, que lo acogió y siempre escuchó con especial interés sus opiniones de hombre de vasta cultura.

Previamente, Morell de Santa Cruz  había hecho estudios en la Universidad de Santo Tomás de Aquino, fue deán en la Catedral de Santiago de Cuba  y obispo de Nicaragua. Sin embargo, era también un individuo de intereses humanísticos a quien gustaba escribir, leer mucho e investigar.

De su obra escrita parece haberse perdido la Relación de tentativas de los ingleses en América, en tanto otros libros en los que trabajaba quedaron inconclusos al morir,  en particular su Historia de la Isla y Catedral de Cuba, que en 1929 fue editada por la Academia de la Historia en Cuba, y es considerada el ensayo histórico más antiguo de que se tenga noticia en nuestro país.

Figura de su tiempo, se le admiró como a una personalidad firme de carácter. Fue un ferviente defensor  de la Corona española y es por ello que al producirse la toma de La Habana por  los ingleses en 1762, se le desterró, dando motivo a que sus fieles protestaran, le dedicaran décimas y finalmente lograran se le trajera de vuelta a la ciudad.

Gracias a los trabajos historiográficos del Obispo Morell de Santa Cruz se conoce la relación completa de los gobernantes y obispos que oficiaron en Cuba hasta mediados del siglo XVIII. Y, es necesario recordarlo, fue don Pedro quien incluyó en su original Historia de la Isla y Catedral de Cuba el manuscrito de Espejo de Paciencia, que la Sociedad Económica de Amigos del País conservó hasta mediados del siglo XIX, cuando la acción del tiempo terminó por dar cuenta del valioso documento, que ya había sido copiado por el historiador José Antonio Echeverría en 1837, por lo que su contenido no se perdió.

A partir de esta copia se conoció el célebre poema escrito en 1608, que constituye el más santiguo monumento literario hasta hoy conocido de la literatura cubana.

El obispo Don Pedro Morell de Santa Cruz vivió 74 años. Y se trató de una personalidad interesantísima: historiador y sacerdote, hombre de genio y escritor

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