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Patrimonio inmaterial rescatado en el Centro Histórico La Habana Vieja. La Escuela Taller

28 de septiembre de 2017

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En el patrimonio inmaterial de las naciones, ciudades y centros históricos se encuentran los oficios propios y característicos de cada localidad. Estos permiten el desarrollo de la actividad socio-económica y la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos. Las habilidades propias de estos oficios, generalmente, se transmiten de padres a hijos, es decir, de generación en generación, lo que contribuye a que los ejecutores de dichos oficios lo realicen con orgullo, al estar consciente, en algunos casos, que es un legado propio de su familia. Determinados factores socio económicos contribuyeron a que, en Cuba, esta transmisión se interrumpiera y los más jóvenes no dominen determinados oficios que son muy necesarios para la restauración de un centro histórico.

Para cubrir esta necesidad fue necesario fundar la escuela taller Gaspar Melchor de Jovellanos, en fecha como el 6 de abril de 1992. Su función es contribuir a la preparación de mano de obra calificada en algunos oficios necesarios para la rehabilitación del Centro Histórico La Habana Vieja. Entre sus finalidades se encuentran: recuperar oficios esenciales para la restauración y capacitar jóvenes en oficios vinculados a este proceso.

En esta escuela los estudiantes se forman como operarios en labores propias de la restauración: albañilería, carpintería, pintura de obra, cantería, forja, vidriería, electricidad, plomería, yeso, escayola, jardinería, restauración de pintura mural y arqueología. En ella se imparten en cada una de las fases los conocimientos necesarios tanto teóricos como prácticos con los que poder alcanzar el título de Obrero Calificado en la restauración, según la especialidad seleccionada. Desde su creación ha tenido seis ciclos y ha graduado a más de 400 jóvenes de entre 18 y 21 años.

Una vez graduados estos jóvenes tienen la posibilidad de incorporarse a algunas entidades de la propia Oficina del Historiador, así como a las nuevas formas de gestión económica autorizadas en el país como los trabajadores por cuenta propia o las cooperativas no agropecuarias.

Es necesario destacar que independientemente de dónde se ubiquen para laborar, constituyen una fuerza preparada, en algunos casos, con conocimientos muy especializados, para asumir las acciones constructivas necesarias en el mantenimiento de los inmuebles de la ciudad. He aquí el valor del trabajo de la Oficina del Historiador en el rescate de oficios tradicionales.

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