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Pasear en automóvil

25 de abril de 2014

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índiceCorría el último mes de 1898 cuando apareció el primer automóvil por nuestras calles.
Algunos curiosos se acercaban para ver aquel coche que increíblemente andaba sin caballos, mulas o chivos a lo que ellos estaban acostumbrados, mientras que otros subían despavoridos. Se trataba de un auto francés de la industria La parisiense traído a esta capital por el señor José Muñoz y que se desplazaba a 12 kilómetros por hora.
El segundo automóvil que corrió por las calles capitalinas de la marca francesa Rochet Schneider alcanzada ya la astronómica velocidad de 30 kilómetros por hora y quien lo rodaba era nada más y nada menos que el farmacéutico Ernesto Sarrá, esto sucedía en junio de 1869.
Aún no era conocido el Ford ya que los primeros vehículos norteamericanos y de esta marca llegaron a Cuba en 1913 y fueron alrededor de mil.
Y es a partir de entonces cuando comienzan a converger en nuestras intersecciones los coches y carretones de tracción animal, los tranvías eléctricos y los modernos automóviles.
En las primeras décadas del siglo pasado cuando los fores comenzaron a inundar las calles habaneras, María Calvo, la Macorina rodaba un lindo auto color blanco para convertirse en la primera mujer automovilista de Cuba. Esta pionera del automovilismo femenino, nacida en el municipio de Guanajay, vivía en una casa de la calle Galiano, cerca del Malecón y dicen cronistas de la época que era una linda muchacha de ojos negros destacada por su simpatía y personalidad.

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