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Orgasmos: ¿realidad o fantasía? (III)

15 de febrero de 2013

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Hoy intentamos terminar con este tema comentando algunas otras causas del orgasmo en la mujer y de algunas orientaciones que pueden servirle sobre todo, como punto de partida para ir en la búsqueda de un tratamiento especializado, no porque sea un mal de mucha gravedad sino porque es un trastorno que necesita de conocimientos y de orientaciones que quizás la pareja no tenga, pero ya lo decíamos, la pareja, es imprescindible en estos casos que el tratamiento sea para ambos miembros de la misma.
No es menos cierto que cuando la mujer se percata o se cree a partir de sus consideraciones que no logra alcanzar el orgasmo, entonces se somete en cada relación sexual a una especie de examen y su motivación se centra no en los placeres de la relación sexual como tal, sino en esperar si se produce ese orgasmo o no, algo similar sucede con los hombres que presentan impotencia sexual, entonces se  forma una especie de circulo vicioso, precisamente por ese papel de espectadoras y de centrar el momento de la relación en llegar a ese orgasmo, y muchas otras porque la otra parte de la pareja lo ha logrado y presiona para terminar la relación sin importar si la otra parte lo ha logrado o no, porque incluso, si hay un buen acople, aunque la otra parte de la pareja haya logrado el clímax, puede continuar excitando a la otra parte hasta que llegue a ese estado de plenitud.
Lo anterior nos lleva a recomendaciones muy precisas, la primera, disfrutar de las sensaciones que se van presentando de forma espontánea, sobre todo a partir de los juegos sexuales, de ese conocimiento por parte de la pareja de las zonas de mayor excitación, de esa comunicación amorosa que implica también la relación sexual, de esas caricias, ternuras y besos que ennoblecen y agigantan a la vez el acto de la relación sexual. Lo anterior es la única forma de lograr un aumento que lleve al logro del orgasmo, de ese momento de plenitud sexual en ambas partes de la pareja.
Otra recomendación importante es que el acto sexual y todo lo relacionado con la sexualidad es una función natural, no solo orgánica sino psicológica y social del humano, por lo tanto no se puede convertir en un acto de cumplimiento de metas, ni mucho menos en una competencia, porque en realidad, la relación sexual, es por encima de todo, un acto de entrega, de comunicación, donde el amor ha de ser el protagonista mayor, donde cada una de sus etapas son necesarias e importantes y no limitar la efectividad o no de una relación sexual a ese final, ya lo decíamos, en muchas ocasiones idealizado hasta limites insospechados, que no permite, cuando se siente en realidad, percatarnos de ello, porque lo hemos elevado a un nivel que en realidad no es ni existe ni es posible.
En ocasiones, muchas parejas que se mantienen durante años, llega el momento en que pueden expresar a un tercero: “Ya nosotros hace mucho tiempo que mas que una pareja somos como amigos buenos, como hermanos, el encanto de la sexualidad se ha perdido”, incluso, puede que ni existan actos de infidelidad y búsqueda del placer sexual fuera de las pareja, pero se percatan que los ardores de los primeros tiempos, los deseos se van perdiendo, llegan a desaparecer, pero nunca se decidieron, ni aun en la actualidad en la búsqueda de orientación y de tratamientos.
También lo anterior puede llevar a la búsqueda del placer fuera de la pareja de ambas partes, en algunos casos que hemos conocido, hasta de mutuo acuerdo, pero en realidad, esa no seria la solución mas adecuada. Si hay posibilidades de salvar a la pareja, de salvar el amor y de lograr esa placidez sexual en ambas partes de la pareja, preguntamos ¿Por qué no hacerlo? Siempre habrá tiempo para ello.
No dejarnos atrapar por la rutina del trabajo y del vivir cada día, del pesimismo, y de ese conformismo tan dañino a la pareja, el orgasmo o cualquier otro tipo de trastorno de la sexualidad, sea orgánico o no, siempre tendrá una solución o al menos una atenuación si somos capaces de comunicarnos con franqueza y confianza con nuestra pareja y tomar entre las dos partes la decisión de asistir en busca de ayuda especializada.
De todas formas en otro momento retomaremos el tema, y compartiremos con ustedes algunos testimonios de mujeres que han padecido de este trastorno y que con un buen tratamiento y orientación especializada han salido adelante, pero mientras, hoy mismo si es que ha leído este artículo, no lo dude, usted puede acercarse a su médico de familia, al psicólogo del área de salud, a las consultas especializadas en hospitales o a la casa de orientación de la mujer, pero eso si, si ya puede llevar adelantado el camino por haber logrado conversarlo con su pareja y asistir junto a ella,  todo resultará mucho mas efectivo y rápido. Confiamos en su inteligencia emocional y en su nivel de decisión.

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