ribbon

Órgano plus en la iglesia de Paula

1 de noviembre de 2013

|

Aunque el V Festival Leo Brouwer de Música de Cámara contó con un apreciable número de conciertos, caracterizados por la variedad de géneros y el alto nivel de los intérpretes, a mi juicio, una de sus presentaciones más notables fue la que tuvo lugar en la sala de conciertos ubicada en la antigua iglesia del Hospital San Francisco de Paula, el pasado 30 de septiembre, bajo el título Órgano plus.
No resulta habitual para los aficionados a la música de conciertos en Cuba poder asistir a conciertos de órgano. Aunque varios templos habaneros poseyeron en el pasado estos instrumentos, la acción del tiempo y el clima acabaron por arruinar a la mayoría de ellos. Gracias a la restauración hace pocos años del perteneciente a la iglesia de Paula, traído a la Isla a mediados del siglo XIX por encargo de la Hijas de la Caridad de San Vicente Paúl, para animar las celebraciones litúrgicas que allí se ofrecían para las asiladas y el personal del hospital, ha sido posible contar con audiciones de obras creadas para este que ha sido llamado “el rey de los instrumentos”.
En esta ocasión, el ejecutante era el francés Vincent  Bernhardt, a quien bastó con ejecutar los primeros compases de Ascendo ad patrem deum de Arnolt Schlick, obra escogida para abrir el programa, para que el público que abarrotaba la sala percibiera que esta ante un auténtico maestro.
El programa escogido no sólo permitía el lucimiento del virtuosismo del ejecutante sino que ofrecía un recorrido por un largo período dentro de la evolución de la creación organística. Así, fue posible disfrutar de tres piezas tomadas del Códice Robertsbridge, datado alrededor de 1360, cuando la música litúrgica está impregnada todavía del sabor de las danzas populares medioevales, pasando por la impronta renacentista de la ya citada obra de Schlick, para llegar al momento privilegiado del barroco, representado en esta ocasión por la Tocata séptima de Michelangelo Rossi, la Fantasía Duretez de Louis Couperin, la Tocata en fa mayor de Dietrich Buxtehude y para poner cima a tal conjunto sonoro, tres creaciones de Juan Sebastián Bach: Concierto a partir de Antonio Vivaldi en re menor, un Preludio coral y la Fantasía y fuga en sol menor.
Para la segunda parte estuvo reservado el estreno en Cuba del Concierto para violín, órgano y cuerdas de Antonio Vivaldi, con el apoyo de instrumentistas pertenecientes al conjunto de música antigua francés Il Delirio Fantastico y al grupo cubano Ars Longa. La rotura, poco antes de iniciarse la interpretación de una cuerda del violín segundo, impuso reajustes en la labor de los instrumentistas, mas el profesionalismo de los músicos pudo vencer tal limitación y ofrecer un producto sonoro sumamente atractivo y fiel a la concepción original de esa obra.
Los que tuvimos el privilegio de estar presentes aquella tarde en una sala que resultó harto reducida para contener a todos los interesados en el concierto no sólo disfrutamos de una excepcional sesión de arte, sino además de una clase magistral de música.
Acciones como esta confirman el carácter verdaderamente singular de los Festivales organizados por el maestro Brouwer y sus colaboradores.

Galería de Imágenes

Comentarios