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Nazim Hikmet

29 de enero de 2020

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Nazim-Hikmet

 

El más conocido e influyente de los autores turcos del siglo XX posiblemente lo haya sido Nazim Hikmet, cuya visita a Cuba en mayo de 1961 resultó una noticia muy comentada. Hikmet contaba 59 años, pero su recia estructura y buen carácter lo hacían parecer más joven. Se hallaba en el esplendor de su carrera literaria y era una de las voces poéticas de mayor reconocimiento universal.

Aquel ilustre huésped, amigo de Cuba y de su sistema político, expresó a su arribo: “Quisiera permanecer aquí el resto de mis días, pero debo trabajar para que Turquía se convierta en otra Cuba”.

Hikmet había sido condenado por razones políticas a una larga condena —de la cual cumplió 17 años— para salir en libertad en 1950. Entonces se exilió en la Unión Soviética y dio a conocer buena parte de su obra, que comprende ensayos, dramas y poesía.

De su estancia en Cuba resulta reveladora la entrevista que para la revista INRA le hizo Fayad Jamís en el hotel Habana Libre, donde expresó:

“Cuba no está sola, no es como una lancha dejada al garete en el Mar Caribe: Cuba tiene a su lado a todos los pueblos del mundo, a todos los hombres humildes del mundo, a los gobiernos de muchos países y a los gobiernos de todos los países socialistas”.

Autor de Poesías de amor, Cartas desde la cárcel (1942-1946), El duro oficio del exilio y de otros libros de difusión internacional traducidos a más de 50 lenguas, manifestó no estar interesado en sus derechos autorales por los textos publicados en Cuba, pero, dijo, “si los recibo pienso donarlos a los círculos infantiles y a los círculos sociales obreros”.

Fue Hikmet un poeta y autor teatral prolífico pese a que parte de su obra fue destruida en su país, donde estaba proscrito. La prisión y el exilio no menguaron su optimismo ni su alegría. De su poema Esperanza es este fragmento:

Funcionan y funcionan los reactores nucleares

Lunas artificiales pasan al levantarse el sol

Y al levantarse el sol

¿Es que no hay esperanza?

Esperanza. Esperanza. Esperanza.

La esperanza es el hombre.

A Nazim Hikmet le encantó el pueblo cubano, el paisaje, el mar que contempló desde lo alto del hotel Habana Libre y entonces escribió:

“Veo el lecho del mar, el lecho tibio del mar iluminado hasta el fondo por el sol”.

Nacido en 1902, el poeta murió en Moscú el 2 de junio de 1963.

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