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Matilde Muñoz

24 de julio de 2015

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libros-4 (Small)A veces no resulta fácil hallar información sobre determinadas personalidades que pese a desempeñar un papel destacado en la sociedad y en las letras de su tiempo, permanecen injustamente olvidadas. Matilde Muñoz Barberi es uno de tales casos.
La escritora murió en La Habana el 12 de agosto de 1954, al cabo de una permanencia de nueve años en la Isla que la acogió como exiliada. Sin embargo, hoy nos resulta una escritora prácticamente desconocida. Jorge Domingo Cuadriello, acucioso investigador cubano, la rescata en buena medida y a sus apuntes apelamos.
Matilde Muñoz cultivó el periodismo, también la novela y la poesía, el ensayo, la crítica literaria, y durante la España republicana de mediados del decenio del 20 al del 30 alcanzó renombre.
Nació en Madrid el 11 de abril de 1895, y se graduó de doctora en Filosofía y Letras en la universidad de esa capital. Al periodismo se incorporó desde muy joven, a través de las páginas del diario “El Imparcial”, donde atendió la sección de crítica de arte.
Al triunfo de las fuerzas nacionalistas de Francisco Franco, en España no se le permitió continuar ejerciendo el periodismo y en 1945 se trasladó hacia Cuba, donde transcurrió el resto de su vida. Desarrolló entonces una labor dentro del teatro y la radio (como libretista) que la dio a conocer entre el público lector y radioyente de la Isla.
Matilde Muñoz se integró a la Academia de Arte Dramático, al Grupo Prometeo y al Grupo Escénico Libre. A fines de 1948 el Patronato del Teatro llevó a escena algunas de sus obras, representadas también en las tablas por otras agrupaciones, en tanto la emisora radial CMQ publicaba su folletín “Hiel de Vaca” y daba inicio a la redacción de “La Novela Palmolive”, truncada al morir la autora.
En las páginas del semanario “El Siglo”, del cual fue redactora y donde firmó los artículos con el seudónimo Selma Barberi, Matilde reseñó la actividad teatral del Grupo La Carreta, una organización teatral que se lanzaba por los caminos de la isla para llevar al interior del país los acentos del teatro.
Abarcadora en su quehacer creador, Matilde Muñoz publicó poemas y preparó varias antologías durante su estancia cubana, que para ella significó su realización como escritora.

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