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Mary Pickford

5 de febrero de 2020

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Una de las grandes divas del cine, llamada la novia de América. Eso fue Mary Pickford, quien llegó por avión a La Habana en marzo de 1954.Estaba alejada de los sets de filmación, y aún así era noticia de primera plana.

Los de buena memoria la recordaban con su típico sombrerito de los años 20, sonrisa afable, gesto picaresco y ojos azules, en los roles de heroína, aunque ahora se tratara de una dama del mundo de los negocios que llegaba acompañada por su esposo.

Nacida en Toronto, Canadá, en 1893, con el nombre de Gladys Mary Smith, fue compañera de aventuras —y también de matrimonio— de otro famoso actor de comienzos del cinematógrafo, Douglas Fairbanks. Ambos, junto a Charles Chaplin y el director de cine David Griffith, fundaron la productora de películas  United Artists, uno de los monopolios iniciales de la industria cinematográfica.

En lo que a la señora Pickford concierne, debutó en la pantalla en 1909 y cuatro años después asumió roles protagónicos. Filmó infinidad de películas. Una de ellas, Coqueta, le mereció el Oscar de actuación de 1929 y un segundo Oscar se le confirió, con carácter honorífico, en 1976, tres años antes de morir, en lo que constituyó un reconocimiento a su contribución al crecimiento y difusión del séptimo arte.

Aunque la novia de América de la pantalla silente estaba retirada desde los años 30 y entregada a los negocios, su presencia en La Habana no dejaba de ser noticia en los diarios. Entrevistada por la revista Bohemia declaró estar de tránsito, camino hacia Argentina, y que la acompañaba su esposo –lo era desde 1937—, el otrora galán de cine y ahora un tanto obeso Charles Rogers. Fueron recibidos en el aeropuerto por todo lo alto, con abundancia de flores, periodistas y fotografías. Allí mismo se la invitó a un cóctel de bienvenida, para el cual ofreció ella la receta. Díjole al barman:

-Vea, va usted a mezclar ron con jugo de piña y lo va a batir con granadina y mucho hielo, bien frappé.

El cantinero la escuchó cortésmente y solo luego de terminar ella, anunció:

– Ya sé lo que usted quiere: un Mary Pickford.

– ¡Exacto!, reconoció ella y añadió: ¡Yo soy Mary Pickford!

Considerada entre las primeras representantes del llamado star system, dotada de gracia natural y belleza, a Mary Pickford aún la podemos disfrutar en alguna que otra retrospectiva, junto a otros ya antiguos famosos que protagonizaron aquellas cintas breves, ingenuas, descoloridas, técnicamente elementales, pero en modo alguno olvidadas por los conocedores del séptimo arte.  

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