ribbon

Martí y sus apreciaciones sobre el incendio de Bayamo

19 de enero de 2018

|

foto_incendio_bayamo

 

El 12 de enero de 1869 los patriotas cubanos, encabezados por Carlos Manuel de Céspedes con el respaldo y apoyo de la población de Bayamo, incendiaron la ciudad ante la inminencia de la llegada de un fuerte contingente de soldados españoles que deseaban recuperar tan importante plaza, ocupada desde hace varios meses por los luchadores independentistas cubanos.
Cuando esto ocurre, Martí estaba próximo a cumplir 16 años y se hallaba residiendo en La Habana.
Atendiendo a ello él no tuvo nada ver que con ese hecho, pero sí ya desde esa etapa inicial de la guerra por la independencia de Cuba él patentizó su apoyo a los que combatían en aras de ese objetivo.
Eso se puso de manifiesto en un soneto que tituló “10 de octubre”, fecha en que en 1868 se había iniciado la guerra en la finca La Demajagua, en la zona oriental del territorio cubano.
En ese soneto él expuso:

 

No es un sueño, es verdad: grito de guerra
Lanza el cubano pueblo, enfurecido;
El pueblo que tres siglos ha sufrido
Cuando de negro la opresión encierra.
Del ancho Cauto a la Escambraica sierra,
Ruge el cañón, y al bélico estampido,
El bárbaro opresor, estremecido,
Gime, solloza, y tímido se aterra.
De su fuerza y heroica valentía
Tumbas los campos son, y su grandeza
Degrada y mancha horrible cobardía
Gracias a Dios que ¡al fin con entereza
Rompe Cuba el dogal que la oprimía
Y altiva y libre yergue su cabeza!

 

Como se puede apreciar, Martí no fue ajeno desde el punto de vista emotivo del anhelo de ver a Cuba liberada del dominio colonial español.
Tan solo unos días después de haber ocurrido el incendio de Bayamo, Martí publica en La Habana su primer trabajo de carácter político en “El Diablo Cojuelo” y también un drama en verso titulado “Abdala”.
De manera específica, en dicho drama en verso narró la actitud de un joven que se enfrentó a los agresores y murió defendiendo a su tierra natal.
Y enfatizó al respecto:

 

Quién a su patria defender ansía
Ni en sangre ni en obstáculos repara;

 

Y también destacó:

 

¡Oh, qué dulce es morir, cuando se muere
Luchando audaz por defender la patria!

 

Tanto el trabajo reflejado en “El Diablo Cojuelo” como el drama “Abdala”, son expresión de los sentimientos de carácter patriótico que ya tenía el joven Martí en esa etapa de su vida.

 

abdala

En posteriores análisis sobre el desarrollo de la etapa inicial de la guerra de los años, Martí haría valoraciones acerca del desarrollo de dicha lucha.
En forma muy especial, además de en varios trabajos periodísticos, Martí hizo reflexiones muy significativos al intervenir en años sucesivos en la década del ochenta en las veladas que organizaron los patriotas cubanos residentes en los Estados Unidos para conmemorar la fecha del 10 de octubre. Precisamente en una de esas intervenciones destacó cómo en el desarrollo de esa etapa inicial hubo actos de sacrificio, como el propio hecho ocurrido el 12 de enero de 1869 cuando Bayamo mientras se iba consumiendo con las llamas nacía realmente para la historia de Cuba.
Cito al respecto que el 10 de octubre de 1889, en el acto efectuado en Nueva York para conmemorar otro aniversario más del instante en que se inició la lucha por la independencia de Cuba, Martí en forma simbólica se refirió al heroísmo y sacrificio demostrado por los bayameses aquel 12 de enero de 1869.
Martí señaló: “…cuando el sacrificio es indispensable y útil, marcha sereno al sacrificio, como los héroes del 10 de Octubre, a la luz del incendio de la casa paterna, con sus hijos de la mano”.

Galería de Imágenes

Comentarios