ribbon

Martí y la “Sección Constante” del diario Opinión Nacional, de Caracas

6 de noviembre de 2015

|

 

 

jose-marti_autorretrato1

 

A partir del cuatro de noviembre de 1881 comenzó a publicarse en La Opinión Nacional, de Caracas una columna identificada como “Sección Constante”, elaborada por José Martí.
Con este periódico venezolano, Martí había empezado a colaborar durante la estancia que tuvo en dicho país entre enero y julio de 1881.
Al retornar a los Estados Unidos de América, desde la ciudad de Nueva York, ejerció las funciones de corresponsal de ese diario caraqueño en el que se reflejaron una buena cantidad de trabajos, y también esta sección que apareció después en forma frecuente, hasta junio de 1882.
Muy diversos fueron los aspectos tratados por Martí en esta columna en la que, en forma resumida, hacía referencia a hechos, la vida de personalidades, cuestiones relacionadas con las ciencias y hasta simples curiosidades.
Precisamente, al detallar cómo sería la “Sección Constante”, que les presentaba a los lectores –en un aviso aparecido el cuatro de noviembre de 1881–, Martí señalaría: “A pesar del recargo de originales –correspondencias nacionales y extranjeras, artículos y producciones literarias, y de todo género, noticias, anuncios y documentos oficiales– que necesariamente se acumulan en nuestra mesa para publicar, en La Opinión Nacional, cuyas columnas son cada día más estrechas para contenerlos todos en la oportunidad que se requiere, aún haciendo uso frecuente de los tipos más diminutos a fin de ganar espacio, en nuestro anhelo de satisfacer tantas y tan justificadas exigencias del público que así nos honra y distingue con su apoyo y generosa protección, y obliga nuestro profundo reconocimiento; a pesar de estas dificultades, realmente insuperables, hemos resuelto crear hoy una nueva sección con el título que encabeza estas líneas”.

Precisó, además, que sería diaria y que su extensión no sería nunca menos de una columna y agregó: “Un esfuerzo más de contracción y laboriosidad nos importa el hablar a nuestros benévolos lectores incesantemente, de historia, letras, biografías, curiosidades y ciencias; pero nada importa que quitemos a los breves momentos que nuestras tareas dejan al reposo del cuerpo fatigado, una hora más de trabajo, si la “Sección Constante” llena cumplidamente el objeto que nos proponemos: ser gratos a nuestros leales amigos y favorecedores sin alardes jactanciosos y pedantescos impropios de nuestra moderación, sencillez y humildad”.
Con un lenguaje ameno, casi siempre en tan solo un párrafo Martí se refirió a temas muy disímiles. Tal es el caso de la primera sección publicada en la edición del cuatro de noviembre, entre otras cuestiones, hace referencia a Emile Zola y a la conclusión de su drama Renée, adaptado de su novela La Curée.
Y señaló: “Parece terrible que un libro donde la corrupción profunda de las gentes y tiempos que pinta está presentada con brutalidad tan implacable, puede soportar la prueba de la escena sin que en el teatro se sientan y expresen los terrores, repulsiones, anatemas e iras que inspira su lectura”.
Y añadió de inmediato: “Afortunadamente nuestra América del Sur no tiene esas llagas: no necesita esos remedios!”.
Igualmente comentó que los franceses rechazaban el abominable peinado a la zulú, o a la “nido de pájaro” que había comenzado a estar de moda. Y manifestó al respecto: “Era un rizadillo menudo, que quitaba toda gracia y dignidad a la noble cabeza femenil. Insisten en usar esa especie de enverjado sobre la frente, que imitan sin duda de las vagabundas y semisalvajes gitanas del mediodía de Europa”.

En otra noticia relacionada con Francia, Martí también precisó que había asombrado en París la lozanía y belleza de las plantas que crecen bajo la exclusiva influencia de la luz eléctrica. Afirmó: “Prosperan, florecen y fructifican sin un rayo de sol”.
Incluso la noticia de un buque inglés que navegaba por el Mediterráneo con cincuenta pasajeros que querían dar la vuelta al mundo fue objeto de atención por Martí y acerca de ello después de detallar cuánto habían pagado significó: “Pasarán el Canal de Suez, irán a la India, China, Japón, San Francisco, las Islas Falkland, Montevideo. A fin de junio del 82 habrán visto ya los lugares más interesantes de la tierra. El capitán lleva plenos poderes judiciales y ejecutivos: puede expulsar y dejar en el tránsito a cualquier pasajero que observe una conducta censurable”.
Acerca del último libro de versos de Edmundo de Amicis, el ya famoso escritor de viajes italiano, Martí expresó en la sección que su poesía es indígena, agraciada y sentida.
Y aseguró: “Pinta en sonetos que arrancan lágrimas, la enfermedad de uno de sus hijos, su riesgo de muerte y su salvación. Grabadas están en este hermoso libro todas las impresiones que conmueven a un buen corazón italiano. Por esto dice Amicis que quiere distinguirse por su buen corazón”.
No faltó en esta primera sección un tema referido a los Estados Unidos y de manera muy específica a la ciudad donde estaba residiendo. Martí patentizó al comentar sobre las casas nauseabundas organizadas por chinos en Nueva York donde muchos americanos acudían a fumar opio:
“Allí se puede ver a los fumadores, lívidos y ebrios, tendidos como leños por las tarimas, al lado de la hedionda taza y de la larga pipa. Salen de las casas de fumar como cadáveres, aunque algunos ricos extravagantes han montado con lujo habitaciones para fumar opio; las casas donde este culpable vicio se fomenta están en los barrios bajos. Allí se alquila una pipa, un puesto en la tarima y el derecho de envilecerse”.
La práctica de tratar temas muy diversos y de diferentes zonas del mundo, de forma muy concisa, Martí la mantuvo en la “Sección Constante”, que se mantuvo publicando durante casi ocho meses en La Opinión Nacional, de Caracas.

 

Galería de Imágenes

Comentarios