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Mariposas de Cuba

20 de abril de 2018

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En el mundo se han descrito unas 150 000 especies de mariposas, con excepción de las zonas Ártica y el Antártica. Se estima, sin embargo, que entre 100 000 y 350 000 especies quedan aún por descubrir, en su mayoría de las zonas tropicales y subtropicales.

Las mariposas han sido llamadas tradicionalmente, por la mayoría de las personas, diurnas y nocturnas, según vuelen a plena luz del día o si lo hacen durante la noche. Esta clasificación artificial coincide con que las mariposas diurnas tienen el extremo de las antenas engrosados como una maza, mientras que las nocturnas no es así, siendo las antenas de variadísimas formas como filiformes, pectinadas, plumosas, etc. Muchos investigadores coinciden en llamar polillas o palomillas a aquellas mariposas que no tienen engrosadas el extremo de sus antenas y mariposas al resto, independientemente de su horario de actividad. También existen los llamados microlepidópteros de acuerdo con el pequeño tamaño que poseen.

Las mariposas son insectos holometábolos, ¿qué quiere decir esto? Que su ciclo de vida consta de cuatro fases diferentes: huevo, larva (oruga), pupa (crisálida) y adulto. Las mariposas recién emergidas de la crisálida son incapaces de volar inmediatamente, sus alas necesitan varios minutos para extenderse y endurecerse por completo. Los adultos, a veces, pueden requerir de dos o tres horas para realizar el primer vuelo.

 

¿Qué hacen las mariposas adultas?

Se calientan al sol, consumen el néctar de las flores o el zumo de las frutas maduras, se dispersan, encuentran pareja y se reproducen. Algunas especies viven sólo uno o dos días, otras pueden llegar a varios meses, pero el promedio de vida varía comúnmente entre una semana y 10 días.

 

¿Cómo interactúan las mariposas y las polillas con su entorno?

De múltiples maneras. Una de ellas es la relación tan estrecha que tienen con las plantas, surgida a través de millones de años de evolución. Se ha visto que las larvas de muchas familias de mariposas sólo utilizan como hospedero a especies de uno o varios géneros den plantas evolutivamente cercanos entre sí, por ejemplo, es el caso de muchas mariposas hespéridas y ninfálidas que solo utilizan plantas de gramíneas. De todas maneras, el mundo vivo es tan amplio y diverso, que también existen mariposas y polillas que utilizan una dieta mucho más variada.

Otra forma de su interacción con el medio es que muchas son plagas, aunque realmente las que lo son, son pocas, si las comparamos con el total de especies del orden.

También son efectivas polinizadoras, al llevar el polen de las flores masculinas a las femeninas de muchísimas plantas.

También se relacionan con otros animales de diferentes maneras. Muchas deben sobrevivir al ataque de parásitos y depredadores.

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Las mariposas también pueden constituir una fuente de ingreso para el ser humano, por ejemplo, las granjas de cría y exportación que existen en Sur y Centroamérica. En estos lugares se obtienen en cautiverio ejemplares de especies atractivas que son exportadas como pupas hacia mariposarios alrededor del mundo, donde son exhibidos una vez que los adultos emergen. También deja dividendos la observación de mariposas en su medio natural.

La belleza natural y propia de las mariposas ha inspirado a numerosos artistas que las han pintado, esculpido, convertido en joyas, tatuajes, y poemas, entre otras muchas más manifestaciones. Pero tal belleza también ha atraído la atención de coleccionistas privados dispuestos a pagar lo que sea por obtenerlas, lo que ha conllevado a poner en peligro de desaparición a muchas de ellas.

El orden de las mariposas (Lepidoptera) está representado en Cuba por 1590 especies, incluidas en 863 géneros y 56 familias. Del total de especies, 289 son exclusivas de Cuba, lo que representa el 18 % de endemismo, además seis géneros también son exclusivos de nuestro país.

La lepidopterofauna cubana parece estar más relacionada con la de Yucatán, la Península de la Florida, las Bahamas y las Antillas Mayores.

Nuestras montañas albergan la mayor diversidad de mariposas, por ejemplo destacan el macizo montañoso Sierra de los Órganos y Sierra del Rosario, en la región occidental; las Alturas de Trinidad, con Topes de Collantes, en la región central; la Sierra Maestra, incluyendo a la Gran Piedra, y la región de Nipe-Sagua-Baracoa, en la zona oriental. Y además la Península de Guanahacabibes (Reserva de la Biosfera), región no montañosa en el occidente, por su elevado número de especies: 105 especies donde se hallan endémicos raros como Anetia pantherata clarescens.

Según nuestros expertos, poco se ha hecho por la conservación de los lepidópteros cubanos. La única acción concreta, hasta el presente, ha sido la inclusión de cinco especies endémicas en el Libro Rojo de Especies Amenazadas de la UICN, que son: Anetia cubana, A. pantherara clarescens, A. briarea numidia, Parides gundlachianus alayoi y Papilio polyxenes polyxenes. Lo cual, señalan los científicos, es insuficiente.

 

¿Qué amenazas penden sobre nuestras mariposas?

La destrucción de sus hábitats (ya sea por la minería, la agricultura u otras acciones humanas), el uso intensivo de pesticidas químicos, los eventos climáticos extremos como huracanes, inundaciones o incendios naturales.

Quizás muchas de nuestras mariposas han desaparecido sin llegar a conocerlas y se puede pensar que muchísimas más estén en peligro de extinción. Nuestro deber: luchar por ellas, estudiarlas, conocerlas y protegerlas. Sólo así podremos legar a nuestras generaciones futuras el conocimiento y el saber de nuestras mariposas y que nuestros hijos y nietos las cuiden y conserven como un gran tesoro que forma parte de la vida de nuestro planeta.

 

Recordemos que “…la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.

 

Nota:

Fuente consultada: Lepidópteros de Cuba. Ed. Alejandro Barro y Raynier Núñez. Spartacus Säätiö, Spartacus Foundation, Sociedad Cubana de Zoología. 2011.

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