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Luis Sandrini

13 de julio de 2021

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Las décadas del 40 y del 50 del siglo XX marcaron un momento importante para las cinematografías de dos países latinoamericanos, México y Argentina, con una fuerza tal en la industria del cine que hasta muchos artistas extranjeros hicieron carrera en ellos. De Argentina sobresalió entre muchos el actor cómico Luis Sandrini, quien se hallaba en La Habana en abril de 1947. Delgado en extremo, de ojos saltones, con tendencia al tartamudeo y mirada atontada de niño grande, así es como lo recordamos en la pantalla.

Luis Sandrini se presentó para los cubanos con la obra Cuando el diablo sopla, en el Teatro Nacional. Preguntado acerca de sus caracterizaciones, respondió:

– Represento un tipo bastante común de Buenos Aires. Una especie de golfillo de la ciudad, entre ingenuo y malicioso, e irónico y alegre.

Y sobre sus orígenes agregó:

– Empecé como profesional a los 19 años, de clown de circo. Viví la vida trashumante de la carpa, por los caminos de mi patria. Me cansé pronto de hacer el payaso. Y me hice actor dramático. Diez años estuve recorriendo las provincias con resultados distintos. Pero tan pronto nos iba muy bien como nos veíamos al borde del naufragio.

Cuando se le vio en La Habana tenía poco más de 40 años —había nacido en 1905— y contaba más de 30 películas filmadas en Argentina, Chile y México. Sandrini se convirtió en un ídolo de la comedia, enfundado en sus conocidos pantalones con tirantes. Fue uno de los representantes más famosos de la cinematografía latinoamericana y dentro del humorismo, solo lo superó en aceptación popular el mexicano Mario Moreno, Cantinflas, aunque por aquellos años había muchos buenos actores cómicos.

En 1950 alcanzó Sandrini el Premio al Mejor Actor, conferido por la Academia de Artes Cinematográficas de Argentina, por su actuación en La culpa la tuvo el otro, y en 1953 el de la Asociación de Cronistas Cinematográficos, por La casa grande.

Luis Sandrini recreó el personaje del hombre tímido, ingenuo, a quien suceden cosas inauditas. Algunas de sus cintas son hilarantes, pues su vis cómica era muy natural. Murió en 1980. Todavía hoy, con un poco de suerte, podemos verlo en alguna vieja cinta. Si eso sucede, pasará un rato divertido con este personaje que vieron los habaneros hace ya un montón de años.

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