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Los versos libres más pequeños de José Martí

19 de julio de 2021

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027-Angel-Mallet

“Para un amigo”, 1998, Ángel Mayet, Óleo sobre tela, 70 x 50cm

 

Los Versos Libres de Martí resultaron editados algunos años después de su muerte. Una parte de dichos poemas fueron publicados inicialmente en el volumen XI de las Obras Completas de Martí, editadas por Gonzalo de Quesada y Aróstegui y otros, en unión de los anteriores, fueron recogidos después en el tomo 16 en una reedición de las Obras Completas.

En la actualidad en el citado tomo 16 aparecen un total de 32 Versos Libres, que tienen una estructura y una extensión muy irregular y también reflejan diversos temas.

En la introducción de los Versos Libres, José Martí detalló como concebía la poesía y también hizo referencia a las características de los versos, acerca de los cuales afirmó que han de ser como una espada reluciente.

Los Versos Libres de Martí tienen una estructura irregular. Algunos son muy extensos, con más de cien líneas, como el titulado Banquete de tiranos. Otros son de mediana extensión y algunos son muy breves. Incluso

El más pequeño de dichos versos es titulado Crin Hirsuta. Sólo cuenta con ocho líneas.

En dicha obra Martí expresó un concepto muy significativo en torno al amor, tal como se expone en la parte final del poema

Señaló:

Que como crin hirsuta de espantado

          Caballo que en los troncos secos mira

          Garras y dientes de tremendo lobo,

          Mi destrozado verso se levanta?…

          Sí, pero ¡se levanta! A la manera,

          Como cuando el puñal se hunde en el cuello

          De la res, sube al cielo hilo de sangre.

          Sólo el amor engendra melodías.

Entre los más breves está también el titulado “¡Oh, Margarita!”, en el que manifestó:

Una cita a la sombra de tu oscuro

          Portal donde el friecillo nos convida

          A apretarnos los dos, de tan estrecho

          Modo, que un solo cuerpo los dos sean:

          Deja que el aire zumbador resbale,

          Cargado de salud, como travieso

          Mozo que las corteja, entre las hojas,

                   Y en el pino

          Rumor y majestad mi verso aprenda,

          Sólo la noche del amor es digna.

          La soledad, la oscuridad convienen.

          Ya no se puede amar, ¡oh Margarita!

Hay otro poema que cuenta tan solo con 13 versos. En este caso se trata del titulado “Poética” en el que hizo alusión a aspectos relacionados con la verdad y sus versos. Detalló:

 La verdad quiere cetro. El verso mío

          Puede, cual paje amable, ir por lujosas

          Salas, de aroma vario y luces ricas,

          Temblando enamorado en el cortejo

          De una ilustre princesa, o gratas nieves

          Repartiendo a las damas. De espadines

          Sabe mi verso, y de jubón violeta

          Y toca rubia, y calza acuchillada.

          Sabe de vinos tibios y de amores


          Mi verso montaraz; pero el silencio

          Del verdadero amor, y la espesura

          De la selva prolífica prefiere:

          ¡Cuál gusta del canario, cuál del águila!

En los Versos Libres, tal como lo hiciera algunos años después en sus Versos Sencillos, Martí hizo reflexiones importantes sobre la poesía. Por ejemplo afirmó que cuando podía reposar en el seno de la poesía, ancha es y hermosa y fúlgida la vida. Expresó igualmente en el Verso Libre identificado como “La poesía es sagrada”…

La poesía es sagrada. Nadie

De de otro la tome, sino en sí. Ni nadie

Como a esclava infeliz que el llanto enjuga

Para acudir a su inclemente dueña,

La llame a voluntad: que vendrá entonces

Pálida y sin amor, como una esclava.

Con respecto a las características y contenido de los Versos Libres han expuesto significativas consideraciones poetas e investigadores tanto de Cuba como de otras partes del mundo.

Por ejemplo el poeta y ensayista cubano Cintio Vitier señaló en el capítulo dedicado a los Versos Libres de Martí en su libro Temas Martianos uno, procesado por la Editorial Letras Cubanas, en el año 2004 que en los Versos Libres se puede ver a Martí luchar a brazo partido con la expresión, hacer saltar en astillas y lajas de luz las palabras, como si un sentido inabarcable, como si un hambre de lo inaudito, de la mística ventura de la posesión poética, lo encendiera y devorara.

Precisó que forman estos versos la región volcánica de su poesía y además detalló: “La fuerza irruptora de esta poesía, lo que pudiera llamarse su pathos volcánico, no tiene quizás paralelo en la lírica española. Hay poetas exclamativos del éxtasis, de la contemplación o de la ira. Martí es de estos, pero sus exclamaciones no se difunden en la tensión de un discurso poemático, sino que saltan como piedras o vapores empujados por un fuego secreto, abriendo un vacío en la sucesión. Hay también grandes poetas de lenguaje espectacular o contemplativo; el de Martí está siempre de pie, vibrando inmóvil o avanzando hacia las centelleantes visiones.”

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