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Los textos en la música popular bailable (II)

25 de febrero de 2020

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Continúo hoy mi comentario sobre los textos en la música cubana bailable, que había quedado cuando –para salirle al paso a la influencia musical foránea– se renovó el lenguaje de las orquestas tipo charanga. Al respecto, es importante decir que el punto de partida fue la agrupación dirigida por Elio Revé, donde jugó un rol decisivo Juan Formell. Pero veamos lo que escribió sobre este asunto, nuestro gran músico e investigador Leonardo Acosta.

“La supuesta crisis de nuestra música fue, en realidad, una crisis de difusión, y ante todo de difusión internacional. Solo si partimos de esta premisa podremos comprender lo que de otra manera será un misterio incomprensible. Porque junto con la afirmación sobre nuestra “crisis” musical en los años sesenta, se ha venido sosteniendo otro juicio sobre nuestra música popular que contradice por completo al primero.”

Siempre digo que los medios de difusión masiva son los principales responsables de que una obra artística se convierta en un boom o se ignore; pero en el caso de las músicas que contienen textos indeseables, que no son apoyados por estos, el factor fundamental es la existencia de equipos privados que las graban y las difunden en fiestas particulares donde utilizan decibeles altísimos, obligando a los vecinos a escucharlas. Si nuestro país aspira a tener un pueblo educado y culto, no basta con espacios televisivos como “Universidad para todos”, que a mi modo de ver, no interesan a esos ciudadanos que desean continuar comportándose como marginales. Creo que es hora ya de que se tomen medidas encaminadas a poner punto final a los textos de la música bailable que atentan, sobre todo, contra la formación de la generación más joven de nuestra sociedad.

 

Echemos un vistazo ahora a letras del pasado cargadas de doble sentido, pero que en ningún momento usaban un vocabulario indeseable, comenzando por un fragmento de la guaracha de Ñico Saquito titulada: “Cuidadito compay gallo”, creada en 1930.

“Valga que hablé, que si no… / valga que hable, que si no… / me coge el gallo, Rufina. / Eso le dijo el perico / porque un gallo equivocado / lo confundió con gallina, lo corrió por la guardarraya. / El periquito, cansado, / en el suelo se tiró ¡ay Dios! / y cuando el gallo llegó /quiso enseguida jugar. / Como un tiro el perico / como un tiro el perico / del suelo se levantó / y al gallo le dijo así:

CORO: “Cuidadito compay gallo, cuidadito (SE REPITE 4 VECES)

Así como usted me ve, / yo tengo mi periquita. / Así como usted me ve, / yo tengo mi periquita, / búsquese su gallinita / que esas sí son para usted.

SE REPITE EL CORO”

 

Veamos ahora algunos fragmentos de una guaracha de Benny Moré muy conocida, que se popularizó en los años 50 de la pasada centuria: “Se te cayó el tabaco”.

Tú me dijiste / que tú eras bueno, / que las mujeres / todo te daban. / Se te olvidó decirme a mí / que tu tabaco se te apagó.

CORO: Se te apagó el tabaco, se te apagó.

Tú me dijiste / que tu jarrito / comía candela, / que era muy bueno. / Se te olvidó decirme a mí, / que la candela te lo quemó.

CORO: Se te acabó el tabaco, se te acabó.

Tanta candela le diste / que el jarro el fondo soltó.

CORO

Que no era tan bueno el jarro / cuando el fondo soltó.

CORO

Qué lindo, qué lindo tabaco / pero el cabo se apagó”.

 

Cientos de textos de obras bailables del pasado contenían textos de doble sentido, pero no ofendían la moral del pueblo con palabras irrespetuosas, como sucede en la actualidad, algo que, además, contradice los principios de nuestra sociedad.

Espero que mis comentarios sean tomados en cuenta, para comenzar a aplicar las medidas pertinentes al respecto. Recordemos que “Ser cultos es el único modo de ser libres”.

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