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Los pensamientos y su influencia en la salud

6 de diciembre de 2013

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En varias ocasiones hemos citado el concepto que sobre Estado de Salud ha venido planteando en los últimos tiempos la Organización Mundial de la Salud (OMS), conceptualización en la que no lo limita a una simple ausencia de enfermedad, sino que lo ubica dentro de un vivir cada día de forma relajada, armónica y feliz, es ese bienestar físico y mental, ese estado de gozo, y es precisamente la presencia o no del Estado de Salud, lo que determina que usted este viviendo con toda la plenitud y felicidad que le pertenece como ser humano o contrariamente de forma miserable, sobre todo, en desarmonía con usted mismo.
Hemos comentado también acerca de que la decisión de una u otra opción es una determinación que le corresponde exclusivamente a usted, es decir, es nuestra la decisión de asumir una u otra opción, la de la salud y la felicidad o la de la no salud y la infelicidad.
Podría entonces preguntarse: ¿La salud se puede crear por nosotros mismos? ¿Depende de nuestros pensamientos o no?, ¿Se puede crear o no una salud a partir de la forma en que pensamos y asumimos nuestra realidad?
Cuando nos percatamos que nuestro cuerpo y su funcionamiento en el orden fisiológico dependen en su totalidad de nuestra mente, a partir de que nuestra biología obedece las órdenes de la mente, a todo lo que es capaz de visualizar el cerebro, tema que estuvimos comentando en semanas anteriores y donde concluimos que cuando prevalecen pensamientos indebidos, podemos enfermar y contrariamente, con pensamientos bondadosos, podemos engalanar a nuestro cuerpo de salud y de belleza.
En ocasiones nos quejamos y hasta nos preocupamos porqué no nos sentimos bien, siempre decimos: “Es que no ando bien de salud”, pero en realidad, lo fundamentamos a partir de dolencias y de enfermedades, unas que ya existen y se agravan, otras que debutamos con ellas y algunas otras que pensamos que podemos tener y finalmente no existen. Todo este proceder responde finalmente al hecho de que no estas de acuerdo con quien eres y por ello, no te puedes sentir a gusto en el lugar donde te encuentres y por ello, sería menester para comprender mejor el planteamiento anterior, revisar algunos comentarios realizados en semanas anteriores sobre la capacidad de visualización que tiene nuestro cerebro y de cómo determinan las imágenes que son capaces de visualizar a partir de la información que le damos, y que a su vez, las envía a nuestro mundo interior, y por supuesto, a nuestro cuerpo con sus componentes y funcionamientos fisiológicos.
Entonces, llegamos a una primera conclusión, debemos cambiar nuestros pensamientos para que la información que visualice el cerebro sea más positiva y adecuada. Cuando no nos encontramos bien en cuanto a nuestra salud física y mental, la mejor opción, la mejor de las medicinas debe ser cambiar la información que estamos propiciando y que es visualizada por nuestro cerebro, aunque no sea lo cierto, hay que brindarle la imagen contraria, la de bienestar físico y mental, y que será la que almacenará en nuestra mente.
Estos tipos de pensamientos negativos, no solo están afectando tu estado de animo, tus motivaciones, tu optimismo y tu carácter, incluso, tu proceder, tu comportamiento en todas las esferas de la vida en que te desenvuelves, en fin, en todo tu vivir cada día, sino que también va a incidir en tu cuerpo, en lo físico y este es uno de los principios que fundamenta la tan llevada y traída y en ocasiones mal interpretada ley de la atracción.
Y no por gusto decimos, la mal interpreta ley de la atracción, porqué algunos la subestiman y otros la sobrevaloran, pero lo importante es ubicarla en su punto justo, lógico y adecuado. Están lo que la perciben como algo mágico y aseveran mecánicamente y olvidando la dinámica del ser humano: “Pienso bonito y todo me sucede bonito, pienso mal, y todo me sucede mal”, y nos encontramos aquellos que contrariamente la sub estiman y partiendo de esa sobrevaloración que señalamos anteriormente, hasta se ríen de ella, porqué surgen incluso jaranas como aquella de que: “Voy a pensar que tendré un carro ultimo modelo, y al momento lo tendré porqué lo pensé y lo atraje con mi pensamiento por la ley de atracción”. En realidad esto es un grave error, porqué la ley de atracción se fundamenta en la dinámica del comportamiento humano que es mucho más compleja que esas dos extremas conceptualizaciones o interpretaciones de la ley de marras.
Viendo lo de la ley de la atracción desde un punto de vista más objetivo y científico, hablamos de que al dar cabida en nuestro subconsciente a pensamientos negativos y destructivos, te generan fuerzas y sentimientos negativos, que suelen manifestarse en males y afecciones del cuerpo, y aquí estamos hablando del origen de muchos trastornos, incluso, algunos crónicos y hablamos de ulceras, trastornos cardiacos, hipertensión arterial artritis, males de la piel, problemas digestivos, la migraña, el cáncer, entre muchas otras enfermedades. Esto es lo que se denomina en las Ciencias Médicas y en la Psicología Clínica o de la Salud, como los Trastornos Psicosomáticos.
Se ha confirmado a través de múltiples estudios de cómo el estado emocional y mental de las personas pueden constituirse como causas del desarrollo de estas enfermedades, muchas de ellas, clasifican como enfermedades crónicas no transmisibles, pero pudiéramos preguntarnos: ¿En realidad nacemos con estas manifestaciones emocionales y sentimientos negativos y por ello, es imposible cambiarlos para no enfermar o para curar o al menos controlar esas enfermedades? De ello continuaremos comentando la próxima semana.

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