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Los lectores de Cuba responden a “Patria”

9 de septiembre de 2022

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Periodico-Patria

 

Hay testimonios de que los ejemplares del periódico Patria que José Martí publicaba en Nueva York circulaban en Cuba, claro que en pequeñas cantidades y de manera clandestina. Recuérdese que la prensa legal que se imprimía en la Isla estaba sometida a una férrea censura que significo multas, cierres de periódicos por un tiempo y hasta prisión de algunos periodistas por hacer críticas al gobierno colonial o a la monarquía española.

En el propio Patria, más de una vez Martí incluyó textos enviados por lectores desde Cuba. Así en el número del 23 de abril de 1892 apareció “De un rincón de Cuba” con uno de esos escritos. Es interesante que el propio director del periódico dedique un largo párrafo inicial para expresar así su confianza en el patriotismo de los residentes en la Isla: “nuestro ejército está allá lo mismo que acá”; “las almas desbandadas, en cuanto la vean, volarán a la bandera.” Y llama a que esos cubanos a que guarden “en el pecho su fidelidad a la revolución, allá donde el enemigo no la vea” y que “dejen el peligro a los de afuera”; y que “a nuestra voz, despierten nuestros hermanos.” Así, pues, fijaba las tareas de los patriotas de adentro y los de la emigración. Y copia frases de la carta “de un hombre de la guerra de ayer.”

“No creo, no puedo creer que haya un solo cubano que al leer sus escritos no sienta latir con violencia el corazón, pensando que esa unión por la que con tanto acierto aboga, pude ser, en no lejano día, la liberta de Cuba y la felicidad de los cubanos.” Y reclama el anónimo escritor: “…es preciso hacer; es forzoso que obremos todos, empezando por aunar nuestros esfuerzos. ¡Si eso consigue Patria —y no hay que dudar que ha de conseguirlo— grande, inmensa será la gratitud que le deberemos!”. Y en su párrafo final. Insiste este lector desconocido: “¡Ah, esa es la gran misión del periódico; decirles eso, excitarlos a que trabajen, revivir el ánimo decaído por la obra del tiempo, hacer sentir a los que no han sentido por temor al pecado español! ¡Bendita sea Patria!”

 Y Martí cierra este emotivo texto con sus palabras: “Lo que se ha de bendecir es el juicio cubano que hace surgir, en la hora del desfallecimiento, la campaña de la fe; que hace con eficacia y tesón, fuera de Cuba, lo que el juicio de dentro de Cuba le pide que haga; que responde a tiempo a la voz del país, y va de mano con él, y trabaja con él, por sobre la mar y la distancia. ¡Bendita sea la patria!”.

Obsérvese cómo Martí reitera su coincidencia con el lector en cuanto a la unidad entre la emigración y la Isla, y cómo aquella responde a esta. Y apréciese también el sutil cambio en la frase final: la bendición martiana es para la patria, para Cuba, no para su periódico. Rehuía de ese modo cualquier idea de halagar su labor personal como director del periódico. Indicaba así, de hecho que él, con Patria, solo cumplía lo que le tocaba hacer. Como siempre, su concepto del deber en primer lugar.

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