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Las valoraciones de José Martí sobre la Conferencia Internacional Americana celebrada en los Estados Unidos

1 de noviembre de 2019

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En varios trabajos periodísticos José Martí expuso sus ideas acerca de la Conferencia Internacional Americana efectuada en Washington, Estados Unidos, en los meses finales de 1889 y principios de 1890.

Ya desde 1889, en una serie de trabajos publicados en La Nación de Buenos Aires, él se había referido a los objetivos y características del evento convocado por los Estados Unidos.

En un artículo publicado el 8 de noviembre de 1889 expuso de manera contundente: “Las entrañas del congreso están como todas las entrañas, donde no se las ve. Los periódicos del país hablan conforme a su política.”

Señaló seguidamente sobre la actitud de los representantes de los países de América Latina en el evento al plantear: “Cada grupo de Hispanoamérica comenta lo de su república, e inquiere por qué vino este delegado y no otro, y desaprueba el congreso, o espera de él más disturbios que felicidades, o lo ve con gusto, si está entre los que creen que los Estados Unidos son un gigante de azúcar, con un brazo de Wendell Phillips y otro de Lincoln, que va a poner en la riqueza y en la libertad a los pueblos que no la saben conquistar por sí propios, o es de los que han mudado ya para siempre domicilio e interés, y dice “mi país” cuando habla de los Estados Unidos, con los labios fríos como dos monedas de oro, dos labios de que se enjuga a escondidas, para que no las conozcan sus nuevos compatricios, las últimas gotas de leche materna.”

Martí también comentó acerca de las opiniones que se estaban ya reflejando en relación con el evento e igualmente en torno al comercio entre los países de América Latina y los Estados Unidos.

En el transcurso del propio mes de noviembre y en diciembre de 1889 en La Nación se siguen publicando otros trabajos de Martí sobre el congreso internacional que tenía lugar en la capital estadounidense.

El 14 de noviembre se refleja el segundo de los materiales elaborados por él y el 19 de diciembre el tercero en el que alertó acerca del verdadero carácter del evento.

Incluso él temía que en forma abierta o solapada hasta pudiera tratarse el tema de la codiciada anexión del territorio cubano por parte de los Estados Unidos.

En ese trabajo llegó a enfatizar: “Jamás hubo en América, de la independencia acá, asunto que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso, que el convite que los Estados Unidos potentes, repletos de productos invendibles, y determinados a extender sus dominios en América, hacen a las naciones americanas de menos poder, ligadas por el comercio libre y útil con los pueblos europeos, para ajustar una liga contra Europa y cerrar tratos con el resto del mundo.”

Y agregó en su análisis con respecto a la situación de los pueblos de América Latina: “De la tiranía de España supo salvarse la América española; y ahora, después de ver con ojos judiciales los antecedentes, causas y factores del convite, urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para la América española la hora de declarar su segunda independencia.”

En marzo de 1890 Martí viajó a Washington para conocer de manera más cercana el desarrollo de la Conferencia Internacional Americana.

Entonces continuó reflejando sus criterios y preocupaciones relacionados con la política e intereses económicos de Estados Unidos con respecto a los países latinoamericanos.

En el artículo que escribió el 18 de abril de ese año y que se publicó el 31 de mayo en La Nación, de Buenos Aires, Martí comentó: “Y sin ira, y sin desafío, y sin imprudencia, la unión de los pueblos cautos y decorosos de Hispanoamérica, derrotó el plan norteamericano de arbitraje continental y compulsorio sobre las repúblicas de América, con tribunal continuo e inapelable, residente en Washington.”

Varios días después, se publicó el último de la serie de artículos de Martí acerca de la Conferencia.

Esta vez analizó lo que de positivo había tenido la participación de los representantes de los pueblos de América Latina al detallar: “Ya se van, aleccionados y silenciosos, los delegados que vinieron de los pueblos de América a tratar, por el convite de Washington, sobre las cosas americanas. Ya vuelven a Centro América los de los cinco países, más centroamericanos de lo que vinieron, porque al venir se veían de soslayo unos a otros, y ahora se van juntos como si comprendieran que este modo de andar les va mejor.”

Más allá de los criterios expuestos por Martí sobre esta conferencia convocada por los Estados Unidos, en otros trabajos que elaboró con posterioridad volvió a hacer énfasis en la necesidad de la unión de los países y pueblos latinoamericanos para poder hacerle frente a las ansias expansionistas de los gobernantes estadounidenses.

De manera especial cabe recordar el trabajo titulado Nuestra América, publicado el 30 de enero de 1891 en el Partido Liberal, en México en el que resaltó: “… ¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.”

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