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Las Toxinas. I Parte

2 de agosto de 2013

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“Algunas de las sustancias
tóxicas más potentes se
generan en la naturaleza
a partir de toda clase
de seres vivos”

 

Las toxinas son sustancias venenosas producidas por células vivas y organismos, como animales, plantas, bacterias y otros organismos biológicos. Para destacar su origen orgánico, se habla, a veces, de biotoxinas. Son poderosas mezclas químicas de diversa índole, en su mayoría, proteínas y sustancias de bajo peso molecular, con capacidad para interferir los procesos vitales del organismo afectado, pudiendo enfermarlo y hasta matarlo. Una toxina puede obstaculizar la transmisión neuromuscular, la circulación sanguínea o la permeabilidad de las membranas, como forma de garantizar el dominio sobre la víctima. Las toxinas varían enormemente en su severidad, que va de un efecto breve y leve (como en el caso de la picada de una abeja) hasta mortal, casi de inmediato (como en la toxina botulínica).
De manera que se pueden definir dos principales funciones de las toxinas en la naturaleza:
•    Depredadora (arañas, serpientes, medusas, etc.)
•    Defensiva (abejas, ranas, orugas, plantas, hongos, etc.)
Se asegura  que se conocen una gran cantidad de toxinas, pero su número podría ser mucho mayor. Se ha estudiado un porcentaje muy pequeño de las especies actuales, y el descubrimiento de nuevos productos tóxicos naturales se produce de forma continua, sobre todo en el reino vegetal.
Algunos de los tipos de toxinas mejor conocidas son:
•    Cianotoxinas, producidas por cianobacterias (Bacterias fotosintetizadoras).
•    Hemotoxinas, son aquellas que atacan los eritrocitos y se transmiten por el torrente sanguíneo. Las hemotoxinas las emplean frecuentemente los animales venenosos como las culebras
•    Necrotoxinas, producen necrosis de las células a las que afectan y destruyen los tejidos. Muchas arañas segregan este tipo de toxina.
•    Neurotoxinas, son las que afectan principalmente al sistema nervioso. Las serpientes como las cobras, serpientes de coral, mambas y serpientes marinas, inyectan veneno de acción principalmente neurotóxica, potencialmente mortal para el ser humano. También el veneno de algunos escorpiones es neurotóxico. Muchos microorganismos son capaces de generar neurotoxinas, por ejemplo, la toxina que libera el agente Clostridium tetani que produce el tétanos, o la toxina botulínica, elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum, que es uno de los venenos más poderosos que existen.
•    Citotoxinas, afectan a células de forma individual, bien de un modo genérico o bien a tipos concretos de células. Pueden participar en la inmunidad o pueden estar contenidas en los venenos de algunas serpientes. La bacteria Bordetella pertusis causa una enfermedad del tracto respiratorio, llamada Tos ferina (tos convulsa), produce toxinas y sustancias que irritan las células superficiales (toxina dermonecrotica, citotoxina traqueal) produciendo tos y linfocitosis. La citotoxina traqueal provoca también ciliostasis, por lo que se altera la defensa mucociliar.
•    Miotoxinas, afectan a los músculos provocando parálisis. Son pequeños péptidos  que se pueden encontrar  en el veneno de determinadas serpientes como  las serpientes de cascabel.
•    Apitoxinas, producidas por las abejas. La apitoxina se emplea a veces medicinalmente —en la llamada apiterapia o apitoxoterapia—como tratamiento complementario o alternativo, para el alivio sintomático del reumatismo y otras afecciones articulares, por las pretendidas propiedades antiinflamatorias del péptido.
•    Micotoxinas son producidas por hongos, aunque suele reducirse únicamente a las que afectan a animales y personas en bajas concentraciones. El término general para la intoxicación por micotoxinas es micotoxicosis. Causan sus efectos mediante su ingestión, contacto con la piel o inhalación. Pueden provocar enfermedades y problemas de salud como depresión del sistema inmunológico, irritación y alergias. Pueden inhibir la síntesis de proteínas, dañar el sistema inmunitario, los pulmones e incrementar la sensibilidad a las toxinas bacterianas. En algunos casos, la micotoxicosis ocasiona la muerte.
•    Fitotoxinas son gruesas moléculas proteínicas, que generalmente pueden ser destruidas por un prolongado calentamiento. Las producen aquellas plantas conocidas por su alta toxicidad y no son destruidas por los procesos digestivos. Las semillas de Ricinus communis, comúnmente llamado ricino o higuera infernal son muy tóxicas, por la presencia de una albúmina llamada ricina, ya que basta la ingestión de unas pocas, masticadas o tragadas, producen un cuadro de intensa gastroenteritis con deshidratación; puede dañar gravemente el hígado y el riñón e incluso producir la muerte. Es una de las toxinas biológicas más potentes que se conocen.

Ya en este punto, debo aclarar que las sustancias artificiales  (toxinas artificiales), creadas por procesos artificiales, están excluidas de la definición que he dado de toxina.

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