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Las Memorias de Peñalver y Espínola

8 de febrero de 2013

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Ha llegado a nuestras manos un folleto impreso por Ediciones Boloña, con el sello de la Academia Cubana de la Lengua, titulado Las Memorias de Peñalver y Espínola. Más allá de la modesta apariencia del volumen, se trata de un texto valioso en tanto contiene los primeros documentos sobre el español hablado en Cuba, en fecha tan lejana como 1795.

Pedro Espínola, nacido en Cuba, miembro de número de la Real Sociedad Patriótica de La Habana y fraile de la Orden de Ermitaños de San Agustín leyó ante la Real Sociedad Patriótica el 8 de octubre de 1795 una memoria “Sobre los defectos de pronunciación y escritura de nuestro idioma y medios de corregirlos”.
Hombre de muchas lecturas y experiencia pedagógica, Espínola critica que los jóvenes reciban en los primeros años de su educación mucho más latín que materias relacionadas con su país, su historia, geografía y estado actual, lo que dificultará después que desempeñen una profesión práctica. Aboga por la enseñanza en lengua castellana, a partir del conocimiento de su gramática y la lectura de autores como Fray Luis de Granada, Fray Luis de León y Antonio de Solís, ejemplos de “naturalidad, propiedad y limpieza del idioma”.
Señala la importancia de la buena prosodia a la hora de hablar, a la que otorga tanta importancia como la ortografía para escribirla y llama la atención sobre ciertas peculiaridades del habla en Cuba como lo que llama  “equivocar la S con la C”, lo que hoy comúnmente se llama “seseo”, así como la confusión o sustitución de la R por la L y la aspiración de la H que algunos pronuncian como J. Son estos datos muy valiosos, en tanto esos rasgos de la pronunciación persisten hasta hoy, pero no son puramente actuales, como suponen algunos, sino que tienen ya un importante acarreo histórico.
José María Peñalver (1749-1810) era cubano también, fraile de la Orden de los Mercedarios. Fue uno de los primeros estudiosos de la historia insular, a él se le debe una “Idea geográfica y política de la Isla de Cuba” que fue publicada en la Guía de forasteros de 1781. El 29 de octubre de 1795 presentó ante la Sociedad Patriótica su “Memoria que promueve la edición de un Diccionario provincial de la Isla de Cuba”.
En ella, este hombre también erudito en materia de latines y literatura, se pregunta: “¿Se puede promover la agricultura, el comercio, ni la instrucción de los jóvenes sin que tratemos de definir los términos rurales en que hemos de explicarnos para dirigir y perfeccionar los trabajos de campo; para los ramos de comercio sobre que ha de girar la exportación e importación…”
Es decir, este sabio aboga por una labor lexicográfica que recoja, con un carácter práctico, los localismos o provincialismos que se emplean en Cuba, en el campo y la ciudad, derivados de sus actividades prácticas y vida social, lo que puede ayudar a un mejor entendimiento con los viajeros europeos y una mayor formación de los jóvenes del país. Pone ejemplos que van desde cacao, hamaca y butaca, jícara y maruga y aunque es explicable que en una sociedad esclavista, el estudioso no aprecie las palabras “que usa la negrería” no deja de señalar la utilidad de que en la obra se incluyan algunas como funche, fufú y quimbombó, porque confiesa que ya se han extendido entre los blancos.
De este modo Peñalver se convierte en un antecesor de los lexicógrafos cubanos, desde el Pichardo y Tapia del Diccionario provincial de la Isla de Cuba, cuya primera edición data de 1836, hasta el Fernando Ortiz del Catauro de cubanismos.
Como afirma el lingüista Sergio Valdés Bernal en el prólogo al libro que comentamos, estos son “los primeros documentos que manifiestan inquietudes lingüísticas respecto al español hablado en Cuba, constituyen un interesante material de estudio para quienes nos interesamos por la historia de nuestra lengua nacional como soporte idiomático de nuestra cultura e identidad”.

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Comentarios



Surelys Alvarez González / 16 de mayo de 2022

Corregido. Muchas Gracias por su comentario

Pedro Espínola / 28 de abril de 2022

Corregir la fecha. Fue en 1795: ...en "leyó ante la Real Sociedad Patriótica el 8 de octubre de 1875 [o sea, 1795]"...