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Las dos mentes

14 de junio de 2013

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El corazón me dice una cosa y la mente me dice otra, es también una frase a la que nadie escapa,  ya sea cuando nos enamoramos de quien “la cabeza” nos dice que no nos conviene o cuando nuestro hijo se merece un castigo pero nos da lástima y le permitimos la indisciplina, en ambos casos los afectos han vencido. Si por el contrario, pese a que el amor que siente el enamorado y el padre, son capaces de tomar una decisión racional y no acepta el amor peligroso en un caso y disciplina al hijo en el otro, es la razón la que ha actuado. Esto  nos habla de los divergentes caminos de la razón y la emoción, y quien sea más fuerte y sólido, lleva la ventaja. Esto da paso a considerar que existen dos mentes; la emocional y la racional. El equilibrio entre ambas nos permite vivir en  armonía, lo cual es muy bueno aunque lleva un aprendizaje largo.
En los primeros estadios de la vida, hay un predominio de la mente emocional y así el pequeño de un año llora, patea y hasta golpea cuando le quitan un juguete, mientras que a los 10 años ya debe ser capaz de dialogar cuando jugando se le presenta la misma situación, lo cual no es siempre lineal en la vida, porque las cualidades personales y la educación con énfasis en la defensa personal en la respuesta violenta, acentúa la conducta emocional, lo cual es diferente si se educa en analizar, en establecer relaciones interpersonales basadas en el respeto y el diálogo.
También hay épocas de la vida donde hay una prevalencia de lo emocional como es en el adolescente incontrolable, capaz de ayudar a un amigo que trasgrede la ley, porque sus emociones le dicen que a un amigo no se le abandona bajo ninguna circunstancia, con un bloqueo racional, sin embargo el padre de ese mismo adolescente no pone en riesgo su vida, su historia personal, su familia por ayudar a un querido amigo que cometió un delito, aunque después lo ayude  y lo visite en la cárcel. Y aquí vemos dos conductas diferentes ante la misma situación, donde en la primera ha predominado la mente emocional. Sin embargo resulta difícil evaluar la conducta del padre ¿acaso ha primado la mente racional o ha respondido porque ha logrado un equilibrio entre las emociones y el raciocinio? Es difícil hacer la evaluación, pero parece que este hombre logró un equilibrio entre ambos componentes, ya que no fue un espectador distante y frío, porque después lo apoya. Si hubiera sido totalmente racional, desprovisto del componente afectivo, no se hubiera involucrado con el amigo en presidio. Igualmente el padre que castiga o reprende al hijo, por mucho dolor que sienta, lo hace porque logró el equilibrio emocional y racional, y seguro que dice “me duele hacerlo, pero es preciso”.
Cuando la emoción predomina, se lo debemos a una herencia evolutiva, donde prima la intuición (la amígdala funcionando a toda capacidad) y lleva a  una respuesta instantánea, antes de detenerse a reflexionar, y cuando el padre no castiga al hijo es que intuitivamente le está evitando un dolor, lo cual es también una explicación para la conducta del adolescente.
Estas dos mentes operan en armonía habitualmente, coordinando las emociones y los razonamientos para guiarnos en el mundo, por lo que en  la conducta de las personas regularmente existe un equilibrio entre la mente emocional y la racional, en donde la emoción nutre e informa a la mente racional, la cual “toma” lo que le es útil para dar la respuesta definitiva. No obstante, cuando las emociones son muy intensas, y más cuando aparecen las pasiones, estas predominan y la razón pierde por KO. Pero si siempre primaran las conductas emocionales, seguramente que la humanidad ya estuviera extinguida o por lo menos, los que quedaran vivos tendrían muchos más problemas que los que tenemos actualmente ¡y mira que ya tenemos bastantes!
Popularmente hay una tendencia a evaluar como más “humanos” a quienes actúan emocionalmente, aunque se les critique después y a valorar de “fríos” a quienes manifiestan conductas racionales. Lo mejor en la vida es -como ya dije- lograr una armonía entre la mente emocional y la mente racional, lo cual no quiere decir que en dependencia de la situación específica sea beneficioso que una de las dos predomine, porque entonces, si no somos emocionales cuando jóvenes ¿cuándo vamos a cometer los errores que después nos enseñan a madurar? Espero tu opinión.

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