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Las cartas y circulares de José Martí y Máximo Gómez

3 de mayo de 2022

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CARTA-MARTI-A-GÓMEZ

 

Desde Cuba y en unión de Máximo Gómez, José Martí elaboró y firmó Circulares a los Jefes y Oficiales del Ejército Libertador y también una carta dirigida al Director del periódico estadounidense New York Herald en las que explicaron las razones y fines de la guerra que se estaba llevando a cabo en el territorio cubano.

El 26 de abril de 1895 en el documento dirigido a los integrantes del Ejército Libertador precisaron que la isla de Cuba, en virtud del trabajo general y respetuoso que había realizado el Partido Revolucionario Cubano, se ha levantado de su libre voluntad después de largo y previo acuerdo con el apoyo ordenado del exterior, para conquistar, con una guerra enemiga de la devastación innecesaria y de la violencia inútil, su independencia absoluta de la dominación española.

Y al destacar la firme postura de los luchadores independentistas y de quienes los dirigían Martí y Gómez señalaron en esta Circular que la Revolución que se había reiniciado en Cuba no podía pensar, ni admitir, ni oír siquiera, alguna propuesta que tendiese a abatir las armas cubanas con algo menos que con el reconocimiento de la independencia del país.

Fustigaron a algunos grupos de cubanos que de hecho se ponían al servicio de los intereses del dominio colonial al  acatar el criterio de las autoridades españolas que intentaban evitar el desarrollo de la guerra a través de reformas y en relación con esto se llegó a plantear en la circular fechada el 26 de abril: “La guerra por la independencia de un pueblo útil y por el decoro de los hombres vejados, es una guerra sagrada, y la creación del pueblo libre que con ella se conquista es un servicio universal. El que pretende detener con engaño la guerra de independencia, comete un crimen.”

Otras importantes consideraciones en torno a la guerra por la independencia en Cuba, también las expusieron Martí y Gómez en una carta que enviaron desde la zona de Guantánamo al director del New York Herald, el dos de mayo de 1895 en la que patentizaron que Cuba se había alzado en armas, con el júbilo del sacrificio y la solemne determinación de la muerte para emancipar a un pueblo inteligente y generoso, de espíritu universal y deberes especiales en América, de la nación española, inferior a Cuba en la aptitud para el trabajo moderno y el gobierno libre.

Martí, en su condición de Delegado del Partido Revolucionario Cubano  y Gómez, como General en Jefe del Ejército Libertador, señalaron en la comunicación enviada al periódico neoyorkino que los cubanos estaban conscientes del deber que les imponía la posición geográfica de su tierra natal.

Y sobre esto plantearon: “A la boca  de los canales oceánicos, en el lazo de los tres continentes, en el instante en que la humanidad va a tropezar a su paso activo con la colonia inútil española en Cuba, y a las puertas de un pueblo perturbado por la plétora de los productos de que en él se pudiera proveer, y hoy compra a sus tiranos, Cuba quiere ser libre, para que el hombre realice en ella su fin pleno, para que trabaje en ella el mundo, y para vender su riqueza escondida en los mercados naturales de América, donde el interés de su amo español le prohibe hoy comprar.”

Se significó en dicha misiva lo que tan sólo solicitaban los cubanos a los diferentes pueblos y países al manifestar: “Nada piden los cubanos al mundo, sino el conocimiento y respeto de sus sacrificios, y dan al universo su sangre.”

José Martí y Máximo Gómez hicieron constar lo que podía significar para América y el mundo en general la liberación de Cuba del dominio colonial español ya que como ellos explicaron podría entonces fomentarse un comercio libre al tener acceso Cuba a los mercados naturales de América y otras zonas del mundo.

Y detallaron, además,  el sacrificio de los cubanos en aras de alcanzar esos objetivos al exponer: “Plenamente conocedor de sus obligaciones con América y con el mundo, el pueblo de Cuba sangra hoy a la bala española, por la empresa de abrir a los tres continentes en una tierra de hombres, la república independiente que ha de ofrecer casa amiga y comercio libre al género humano.”

En la misiva dirigida al director del New York Herald, el 2 de mayo de 1895, Martí y Gómez trasmitieron un mensaje al pueblo de los Estados Unidos de América de manera tal que supiera que los cubanos  también  intentaban alcanzar la independencia y poder establecer relaciones basadas en la fraternidad y el respeto con el pueblo norteamericano.

Y resaltaron: “Al pueblo de los Estados Unidos mostramos en silencio, para que haga lo que deba, estas legiones de hombres que pelean por lo que ellos pelearon ayer, y marchan sin ayuda a la conquista de la libertad…”.

Igualmente plantearon  que Cuba se había alzado en armas, con el júbilo del sacrificio y la solemne determinación de la muerte para emancipar a un pueblo inteligente y generoso, de espíritu universal y deberes especiales en América, de la nación española.

Martí y Gómez señalaron en la comunicación enviada al periódico neoyorkino que los cubanos estaban conscientes del deber que les imponía la posición geográfica de su tierra natal.

Y sobre esto señalaron que a la boca  de los canales oceánicos, en el lazo de los tres continentes, en el instante en que la humanidad iba a tropezar a su paso activo con la colonia inútil española en el territorio cubano se aseguró  que “Cuba quiere ser libre, para que el hombre realice en ella su fin pleno, para que trabaje en ella el mundo, y para vender su riqueza escondida en los mercados naturales de América, donde el interés de su amo español le prohíbe hoy comprar.”

Y se patentizó en este documento lo que tan sólo solicitaban los cubanos a los diferentes pueblos y países al manifestar: “Nada piden los cubanos al mundo, sino el conocimiento y respeto de sus sacrificios, y dan al universo su sangre.”

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