Las calles con nombre de mujer

24 de febrero de 2017

|

Martha Oneida Pérez Cortés

 

 

Puede decirse que la calle es un espacio urbano lineal que permite la circulación de personas y, en su caso, vehículos, y que da acceso a los edificios y solares que se encuentran a ambos lados. Por ellas se transita constantemente para dirigirse a las actividades de estudio, trabajo y ocio y su denominación se incorpora al patrimonio de los ciudadanos, ya que tienen un significado.

En Cuba, durante los primeros siglos, las calles no recibieron denominación oficial del Cabildo, así que fueron los propios vecinos quienes se encargaron de nombrarlas atendiendo a sus características, uso o el nombre de un ilustre vecino. Luego de la evacuación de las tropas inglesas en 1763, y durante el gobierno del Conde de Ricla, se dividió la ciudad en barrios, se numeraron las casas y se dieron nombres a las calles.

En 1860, por acuerdo del Cabildo del 27 de julio, se determinó cambiar los nombres a las calles que lo tenían repetido, variar aquellos que resultaban “ridículos” y nombrar las que no tenían, para lo cual se recurrió a nombres de poetas y militares famosos por su lealtad y servicio a la corona. Ninguna tuvo nombre de mujer.

La última rotulación se hizo en 1937 durante la alcaldía de Antonio Beruff Mendieta, dando cumplimiento a un Decreto Ley de 17 de enero de 1936, que regulaba la denominación de las calles y restituía los nombres antiguos, cambiados –muchas veces de manera arbitraria– desde el cese de la dominación española. Seguían sin aparecer los nombres de mujer en ellas.

Esta situación se ha seguido arrastrando hasta la fecha, por ello es necesario comprometer a los gobiernos locales para contribuir a entender y planificar el desarrollo de las ciudades desde la perspectiva de género. También promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas desde el ámbito local. Desde este punto de vista las calles desempeñan un importante rol, ya que es una manera de hacer visibles a aquellas que hicieron o hacen historia, contribuyen a la sociedad, al arte, que son emprendedoras, maestras, científicas, juezas, deportistas, lideresas, pensadoras, etc. Seguro que son abundantes.

Desde hace años no se cambian los nombres de La Habana, ni del Centro Histórico La Habana Vieja, es un territorio que heredamos. En este, después de una larga búsqueda sólo encontramos una calle con nombre de mujer: Leonor Pérez.

Se le puso este nombre en homenaje a la madre de José Martí, el héroe nacional de Cuba, nacido en la casa número 102 de esta calle.

Su nombre completo, Leonor Antonia de la Concepción Micaela Pérez Cabrera, nacida en Santa Cruz de Tenerife el 17 de diciembre de 1928. Desde pequeña aprendió a leer y a escribir autodidácticamente, contra la voluntad de sus padres que lo consideraban impropio de la condición femenina. Aún sin cumplir la mayoría de edad, llegó a Cuba donde se estableció su familia en la ciudad de La Habana. Falleció el 19 de junio de 1907.

¿Qué podremos hacer para aumentar los nombres de mujeres destacadas en las calles que nos conducen de un lugar a otro?