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Las actitudes emocionales

30 de junio de 2017

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Recuerdo que siendo una niña, estábamos mi familia y yo de vacaciones en la playa y nos visitó una amiga de la familia con sus hijas, y esta señora se pasó todo el día con una actitud de molestia, aburrimiento, disgusto, en fin, con una gama de expresiones que manifestaban emociones negativas que –obviamente– influyó en los demás y en las habituales bromas y alegría bulliciosa que caracterizan a mi familia, por lo que disminuyó notablemente la alegría propia de las vacaciones, incluso, los niños, o sea, mis hermanos y yo nos sentimos bastante cohibidos; conclusión: fue un día bastante molesto. Pero lo más increíble de todo es que la señora, al final de día, cuando se marchaba le dio las gracias a mis padres y les aseguró que había pasado un día magnífico y muy divertido. ¡¿Cómo!? Inexplicable fue el tema de conversación de los adultos, porque ¿cómo pudo estar divertida y alegre si su actitud mostraba todo lo contrario?

Y es ese el tema del que escribo hoy: las actitudes emocionales, pero empecemos por decir que actitud –según los teóricos de la psicología– son formas organizadas de sentir, pensar y actuar, teniendo tres componentes fundamentales que son los cognitivos (conocer), los afectivos (las emociones y sentimientos) y la actuación o conducta (el comportamiento). Aunque es una conceptualización científica, está muy clara para el gran público, porque lo que dice en síntesis es que nuestra conducta debe tener un equilibrio entre lo que conoces, lo que sientes y como lo expresas en tu conducta, por lo que puedo decir que esta amiga de la familia tenía una evidente disfuncionalidad en sus actitudes, ya que si estaba tan feliz y pasando un día agradable ¿por qué expresaba lo contrario? La respuesta que les puedo dar sobre las razones de la actitud engañosa es una evaluación de la vida de esa señora –ya que habitualmente actuaba así, lo que le costó hasta su matrimonio–. El asunto es que la educación tiene un papel fundamental en la expresión correcta de los afectos, emociones, sentimientos con una actitud lógica, sana, y evidentemente esa mujer nunca aprendió que si eres feliz tienes que reír, bailar, jugar, abrazar a los que quieres, en fin, hacer todo lo que la sociedad reconoce como la manifestación conductual de la alegría, que tal vez incluya alguna lágrima emocionada si por ejemplo te estás casando con el amor de tu vida; pero de ninguna manera es con mala cara, aislamiento y menos aún insultar, atacar, que era lo que la ya citada mujer hacía con su esposo –que pronto se convirtió en ex esposo– porque el amor se alimenta de besos, abrazos, romanticismo y todo lo que ustedes bien saben que es parte del amor.

Creo que todos hemos visto alguna vez al hombre o la mujer que –en un muy falso criterio de cómo mantener atado a su pareja– nunca se comportan con amor, ni le dicen “te amo”, se mantienen alejados físicamente (con la loca idea que es mejor así para que lo extrañen más) e incluso hay peleas, maltratos, y la razón de que porque actúan así es porque no saben cómo ser coherentes en sus actitudes emocionales, nunca se lo enseñaron o no pudieron aprenderlo. Y les hago otra historia: más de un hombre me han dicho que a las mujeres para tenerlas contentas y enamoradas hay que darles solo dos cosas que son sexo y preocupaciones, y yo me pregunto: ¿Pero es que tienen una esposa o un objeto? Esos son los que después se me aparecen en la consulta, tristes, desesperados porque la mujer los dejó, lo cual para mí es una actitud emocional muy lógica por parte de las mujeres, porque solo tener satisfacción sexual y el resto del tiempo estar amargada, preocupada, no es vida.

Lo mismo digo de mujeres que cuando el marido llega a la casa (o ella llega a la casa) ponen cara de cansancio, enojo y ni quieren hablar ya sea porque están cansadas, porque ya llevan tanto tiempo juntos y nada tienen que decirse y si se comunican es para reñir, gritarse, echarse culpas y otras tantas cosas que se dicen. Absolutamente todo esto apunta hacia una evidente disfunción que me aventuro a clasificar de patológica, porque la tristeza se manifiesta con llanto, pocos o ningún deseo de ir a fiestas, y con la alegría nos reímos, hacemos chistes, nos divertimos; por lo que si amamos, pues tratemos bien a la pareja, y cada vez que nos encontremos, besémonos y digámonos cuanto nos amamos y si estamos enojados, discutamos desde el afecto porque esa es una actitud emocional lógica.

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