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Laíto (II)

25 de julio de 2014

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memorias_laito_01Un día de 1944 el guajirito cargado de ilusiones y resuelto a triunfar, decide probar suerte en la capital. “Pero aquí en La Habana, la comida no era fácil, imagínate como andaban las cosas, que el paisano Benny Moré tenía que pasar el cepillo, con eso te lo digo todo. Ya eran estrellas Nelo Sosa, Miguelito Valdés, Antonio Machín, Panchito Riset, voces que yo admiraba mucho”.
Con todo, pese a las adversidades –indudablemente Laíto nació tocado por la buena estrella, como afirma René Espí-, muy rápido el cantante cienfueguero logra acceder a “ese increíble ambiente musical citadino, pleno de sitios de afluencia pública, donde se baila hasta el amanecer”.
Así, logra un puesto en el Septeto Habanero; debuta en Tropicana con el conjunto de Ernesto Grenet, en donde al intérprete cienfueguero  se le confían los sones y las guarachas, mientras a Orlando Vallejo, los boleros; de ahí pasa a la agrupación de Senén Suárez y en 1953 le toca la gran oportunidad de cantar con La Sonora Matancera.
“Llegar a la Sonora fue emocionante, un conjunto entoletao por donde pasaron los grandes todos. Lo primero que coloqué fue “Cañonazos” y “Cualquiera resbala y cae”; dos bombazos, para que me respetaran. Con la Sonora viaje a Venezuela, Panamá, Haití, Curazao, República Dominicana y Colombia, donde soy muy querido”.
Pero así y todo el “Marqués del son”, como le llamaban, renuncia a La Sonora en 1955 y pasa por varias agrupaciones, como la Orquesta América, con la que hace una inolvidable versión del chachachá de su director Ninón Mondejar: “Yo no camino más”, y el conjunto Casino, con el que graba junto a Faz, Rolito y Espí, la exitosa guajira de Rosendo Ruíz Suárez: “Junto a un cañaveral”, hasta que se reincorpora al conjunto de Senén Suárez, con el que se retira en enero de 1988.
Sin embargo, Laíto -lo cuenta Senén- no podía estar inactivo y comienza a cantar con el conjunto Caney, dirigido por Bénitico Yánez; esto sería por los años 1989 y l990.
Y en 1994 con ese conjunto Laíto viaja a Colombia, donde comprueba emocionado, que todavía lo recuerdan. Por cierto, allí cantó con Nelson Pinedo, rememorando sus éxitos de antaño con la Sonora.
“Son cosas muy fuertes para el corazón, a mis años.  Los colombianos me sacaron de las tinieblas”.
El 8 de septiembre de 1999, en La Habana, moría Laíto Sureda. Tenía 85 años y todavía estaba en pleno goce de sus facultades.
Poco antes, sobre su nuevo éxito “Idilio”, dijo: “Esta es una canción que tiene como 70 años y canté en Tropicana y no pasó nada; ahora es como un himno de la vieja guardia de la onda retro. El éxito en la música es algo misterioso. A veces haces algo con el interés que triunfe y no mueves a nadie, y en otras ocasiones el triunfo te cae del cielo”.

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