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La verdadera esencia de la relación mente cuerpo (II)

13 de junio de 2014

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imagesCA37PMNAContinuando con el tema relacionado con la verdadera esencia de la relación mente – cuerpo, comentamos la semana anterior acerca de la efectividad de la oración en el caso de los creyentes, pero también de la fe y la espiritualidad en los laicos, al igual que en los primeros.
En realidad, no podemos aseverar, sería un gran disparate que la religiosidad, la fe o la oración o cualquier ritual o acto religioso puede curar estas enfermedades, pero dentro de todas estas formas de prácticas humanas, si sería bueno reseñar el fenómeno de la espiritualidad como una fuente vigorosa, pujante y de una fortaleza ilimitada que puede contribuir a la capacitación del individuo y prepararlo para asumir  y lograr con éxito cambios positivos en su estilo de vida y a tomar conciencia de cómo creencias, actitudes y comportamientos negativos pueden afectar su salud. Al promover el bienestar existencial, ya sea asociado a sus creencias religiosas o prácticas espirituales, se favorecerá una mejor función inmune.
La variedad de formas en las que se puede abordar la espiritualidad puede complicar y confundir su entendimiento y su verdadera esencia. Se puede tener altos niveles de espiritualidad y en realidad no ser creyente o practicante de ninguna religión, si están las dos unidas, espiritualidad y religiosidad, puede ser también efectivo porque no hay contradicciones entre una y otra, pero en realidad,  se han demostrado algunos efectos concretos que tiene en el organismo, a corto y largo plazo y sobre todo, porque la experiencia espiritual se asocia con cambios en la actividad del cerebro, así como  cambios favorables en los marcadores inmunológicos.
Por todo ello, cualquier persona que este aquejado de una enfermedad crónica, que quiere decir que no es posible su curación total, pero si, su control y con ello, el logro de una calidad de vida aceptable a pesar de la sintomatología y algunas consecuencias que puede originar la enfermedad, es recomendable, no solo para el enfermo, sino para las personas mas cercanas a ellos, la positividad como esencia ante cada obstáculo que se vaya presentando y que pueden incidir en la evolución de la enfermedad, porque asumir comportamientos negativos, pesimistas, derrotistas, depresiones, ansiedad patológica o estas dos combinadas, y sobre todas las cosas, cuando se pierde el deseo de sobrevivir y estabilizarse a pesar de la cronicidad de su enfermedad, casi siempre, para no ser absolutos, el tratamiento médico indicado por el especialista de la entidad que se padece, no tendrá iguales resultados.
El paciente crónico, debe aprender estrategias que le faciliten hacer cambios en su vida, y hay muchos, citemos por ejemplo la meditación, la práctica de disciplinas orientales, formar parte de grupos de apoyo, así como, enriquecer su relación con las demás personas que le quieren y que el desea amar, si es creyente, depositar gran parte de su optimismo en su fe, en el Dios que ha elegido como centro de sus creencias, y en el caso de las personas no creyentes, al igual que las primeras, creer sobre todas las cosas, en si mismo, afianzarse en su fuerza de voluntad, en su autoestima a partir de su auto conocimiento, algo esencial en los humanos y sobre todas las cosas, pensar, la necesidad que tiene de continuar viviendo a pesar de la cronicidad de la enfermedad que le aqueja, y no solo vivir, sino hacerlo con un mínimo de calidad de vida, que no solo le permita disfrutar de su presencia en la vida, sino por todo lo que puede contribuir a la mas rápida recuperación y estabilidad del funcionamiento corporal, orgánico, y de cooperar a la mejor efectividad del tratamiento medico.
Igualmente pueden aprender técnicas sencillas para estimular su sistema inmunológico y manejar su enfermedad en forma multidimensional, que puede también promover una respuesta satisfactoria al tratamiento.
La espiritualidad, sin lugar a dudas, favorece estilos de vida y comportamientos sanos, lo que se asocia a un menor riesgo de enfermedades y a una actitud diferente cuando se pierde salud, y sobre todas las cosas, nunca debemos olvidar el verdadero concepto de Estado de Salud, ese que permite el equilibrio mantenido dentro del proceso salud – enfermedad, y que hoy en día no se reduce a una simple ausencia de enfermedad, sino mas bien, a ese estado de bienestar físico y mental, ese estado de gozo que puede lograr el ser humano en su cotidianidad, esté o no aquejado de una enfermedad crónica.
Durante varias semanas hemos estado comentando acerca de una relación muy importante y estrecha, determinante en el estado de salud, que es la de la relación mente – cuerpo, entonces, siéntese con usted mismo, medite todos estos nuevos conocimientos que le hemos brindado, si aún tiene dudas, busque información, pero estamos convencidos que finalmente cuando el alma hace sufrir al cuerpo, la salud se puede perder y esto de no permitir que el alma incida sobre su cuerpo, es una responsabilidad absolutamente suya, los especialistas médicos indicaran los tratamientos adecuados y efectivos, pero esa otra parte, depende de usted, de su espiritualidad y de su fuerza de voluntad y amor a la vida para complementar la efectividad del tratamiento indicado en las mas diversas enfermedades.
Recuerde siempre una máxima que dice, “La vida es demasiado corta para hacerla mas pequeña” o aquella otra, de que “Lo importante no es lo que la vida te hace sino lo que cada quien hace con lo que la vida le hace”, entonces porqué dedicar inútilmente tiempo de vida a empequeñecerla mucho mas de lo que es en realidad. Queda ahora a usted encontrar el camino a seguir en su vivir cada día.

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