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La temperatura y los medicamentos

23 de agosto de 2013

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Como la mayoría de los materiales, los medicamentos no escapan a los efectos de la temperatura. Los valores extremos, tanto muy fríos como muy calientes,  son un poderoso enemigo de su buen estado.
Todos los medicamentos deben ser conservados y almacenados bajo condiciones específicas que garanticen su seguridad y eficacia, y la temperatura es un parámetro muy importante a tener en cuenta. Existen medicamentos que se afectan por las temperaturas en mayor o menor medida, a este tipo de medicamento se le conoce como termolábil o termosensible.
En dependencia del grado de afectación de un medicamento por la temperatura deberá ser almacenado en rangos controlados de 2° a 8°, de 8° a 15° y de 15° a 25° Celsius. Aún cuando un medicamento no sea termolábil, la temperatura de almacenamiento no deberá exceder nunca de los 25° Celsius.
La temperatura afecta al medicamento de muchas formas, por ejemplo puede provocar pérdida de su actividad por disminución de la concentración del principio activo responsable de la acción farmacológica, también puede provocar cambios organolépticos en la formulación, por ejemplo un cambio del color característico del medicamento y además puede afectar la estabilidad de la propia forma farmacéutica como ocurre en el caso de los semisólidos que se funden a temperaturas elevadas.
Para evitar el efecto del calor sobre los medicamentos, estos se almacenan a las temperaturas establecidas para mantener su estabilidad y además se pone en práctica un procedimiento conocido como cadena de frío, mediante el cual se garantiza que los medicamentos termolábiles se conserven a una temperatura controlada durante todo el tiempo que demore su transportación desde los laboratorios productores hasta los almacenes mayoristas que los distribuyen y de estos a las farmacias y hospitales en donde van a ser utilizados. Para cumplir este requisito se utilizan transportes refrigerados, a los cuales se les controla la temperatura durante los distintos puntos de la ruta de transportación.
El almacenamiento en el hogar, último sitio donde se conservan los medicamentos, también requiere de determinadas condiciones. Para que la calidad no se afecte los medicamentos deben almacenarse en lugares protegidos, a temperaturas frescas y fuera de la incidencia de la luz solar. En caso de ser medicamentos refrigerados, deberán almacenarse en un lugar seco y limpio del refrigerador, cuidando no exponerlos a la congelación. Un buen lugar para guardarlos son los compartimentos de las puertas del refrigerador domestico, siempre cuidando que estén protegidos del agua, la humedad o cualquier otro tipo de contaminación.

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