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La temperatura en los medicamentos

4 de mayo de 2021

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La temperatura es un parámetro físico de gran repercusión en la calidad y estabilidad de los medicamentos. Todos los medicamentos deben ser conservados y almacenados bajo condiciones específicas de temperatura para garantizar su eficacia y seguridad.

Esta variable ambiental afecta a los medicamentos de muchas maneras, por lo que para para evitar que se produzcan daños a causa de la temperatura, estos deben almacenarse en rangos considerados seguros. Es por ello que este parámetro no puede ser pasado por alto durante toda la vida útil del medicamento.

Como sucede con otras sustancias en la naturaleza, los medicamentos no escapan a la influencia de la temperatura. Especialmente la elevada, se convierte en un poderoso enemigo de su buen estado. Yendo al otro extremo, también existen productos como las vacunas que no sobreviven a los efectos de la congelación.

A los medicamentos que se afectan por la temperatura en mayor o menor medida se les conoce como termolábiles o termosensibles. En dependencia de su grado de afectación estos medicamentos deben ser almacenados en rangos controlados de temperatura desde que se fabrican hasta que se administran a los pacientes.

La temperatura afecta al medicamento de muchas formas, por ejemplo puede provocar pérdida de su actividad por disminución de la concentración del principio activo responsable de la acción farmacológica, también puede provocar cambios organolépticos en la formulación, como por ejemplo el cambio del color característico del medicamento. Además puede afectar la estabilidad de la propia forma farmacéutica, como ocurre en el caso de los semisólidos como las cremas y los ungüentos que se funden a temperaturas elevadas.

Nuestro hogar es un sitio importante donde permanecerán los medicamentos mientras están siendo usados. Por ello es preciso que una vez en casa, seamos responsables de velar porque su calidad no se vea afectada manteniéndolos debidamente almacenados a la temperatura indicada en el prospecto o rótulo del envase.

Para evitar el efecto del calor sobre los medicamentos, incluso los más estables, no deben ser almacenados a temperaturas que excedan los 30° Celsius. Existe una clase especial de productos que por ser particularmente sensibles al efecto de la temperatura necesitan conservarse en refrigeración.

El sitio más adecuado para almacenar este tipo de productos es el refrigerador. Sin embargo, al colocarlos en él deben tenerse en cuenta algunas recomendaciones importantes que no siempre resultan claras ni son conocidas por la mayoría de las personas.

Es muy importante evitar ubicar los medicamentos en los compartimentos de las puertas, ya que ahí es donde existirán mayores fluctuaciones de temperatura. También es necesario no colocarlos en el congelador, pues en él las temperaturas son inferiores a 0°. Tampoco deben colocarse medicamentos próximos a la pared posterior del refrigerador, ya que la escarcha que puede existir en esta parte puede congelarlos al entrar en contacto con ellos. Igualmente se recomienda evitar las partes bajas del refrigerador para guardar medicamentos, pues ahí la salida del aire frío es mayor durante la apertura de las puertas.

Lo más apropiado al almacenar medicamentos termosensibles en el refrigerador doméstico es ubicarlos en las zonas centrales. Además es aconsejable mantenerlos en sus envases originales y evitar que entren en contacto con el resto de los alimentos y demás productos que se guardan allí.

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