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La Santa Trinidad en humanidades cobrizas

18 de octubre de 2017

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Iglesia_ubicada_en_el_centro_de_Guanabacoa (Small)

 

Camino de Damasco, hacia esta tierra de aguas a través del manto ocre, dispuestas al ascenso y descenso del erial, cual torrente de polvo en marejadas pétreas que fijaron a Guanabacoa como pueblo de Indios, ¿dispersos? en la occidental demarcación colonial. Humanidades cobrizas en conversión sagrada, con su rito de paso. Así, nuestros nativos, asumieron la fe cristiana, neófitos extirpados del paganas libertades, que para 1555 poseían sacerdote encargado de ajustarlos al credo, y aunque no se precisa aún para la fecha, el sitio destinado a este calado evangelizador –portador del nuevo mensaje, dador de buenas nuevas–, luego de analizar las posibilidades históricas, se piensa que en temprana época, el rito iniciador se efectuaba en un bohío, cobertizo, exteriores o plazas o quizás en la propia morada del oficiante elegido. Durante la visita pastoral del Obispo Juan del Castillo, a este andurrial de iniciados en la Santísima Trinidad, el mismo, asienta en sus informes, la ilicitud del ministerio del capellán ordenado por entonces, sin aludir a la existencia de ermita o templo, distintivos de otras poblaciones saludadas y de los cuales dejó referencias precisas, al respecto, en sus registros, expresó “… A una legua de esta Villa hay una población de indios que se dice Guanabacoa; tiene como 60 indios casados; reside en dicho lugar un clérigo hábil que vino con la armada de la Florida: no tiene licencia de Vuestra Majestad…”[1]

En una reseña del historiador español Don Jacobo de la Pezuela, se esboza que en 1576 se erigió en Guanabacoa una pobre Iglesia.[2] Por otra parte, cronistas locales aseveran que la primera iglesia dispuesta para promover actos de la liturgia y asiento a todos sus fieles, se constituyó el 15 de agosto de 1578. El Padre Félix Vidal y Cirera detalla: “…el virtuoso prelado D. Juan del Castillo aprobó la idea a mediados de abril de 1577, y en agosto de 1578 se abrió al culto la PRIMERA IGLESIA, bajo la advocación de la Virgen Madre en el Misterio de su Asunción dichosa…”[3]

Como ya hemos planteado, nuestro primer santuario se edificó bajo la advocación de María Santísima de la Asunción –asunción de la Bienaventurada, cual dogma de fe–, Patrona y Tutelar de esta población.

Una acentuada pesquisa, efectuada en 1841, perfiló hacia la ubicación espacial de dicho templo, declaraciones bajo juramento, ante la señal de la cruz moral, tomadas a personas ancianas, hincaron su posible cimentación, en “la esquina del Camposanto” refiriéndose además, a la existencia, en dicho lugar, de una gran cruz con base de mampostería, colocada con la intención de cartografiar, para la posteridad, el paraje eminente del Símbolo Quicumque y que por ordenanza del Obispado, fue relegada en 1820, durante el régimen constitucional y aunque las referencias históricas alrededor de la ¨esquina del Camposanto¨ gozan de algunos equívocos, no podemos dejar de constatar los testimonios recogidos sobre la existencia del templo y el lugar de enterramientos agregado al mismo.

El mapa de la Villa, realizado en 1853 por el cartógrafo e ingeniero militar español, Don Francisco Coello, aparece localizado el lugar de la primera iglesia, en el área comprendida entre las actuales calles de Amenidad, Calixto García y Estrada Palma.

Inicia el siglo XVII, Guanabacoa reverbera en su mestizaje, persistiendo instituciones propias de los pueblos de indios, mas –intensamente amalgamada– se trasforma paulatinamente en una Villa. Cual apoteosis estadística, aconteció que para el año 1605, Guanabacoa presentaba un total de 364 personas, de las cuales, 35 eran indios, 85 eran naturales –descendientes de indios– 29 españoles –peninsulares–, y 10 presbíteros españoles, entre otros componentes, evidenciados en menor cuantía.

Alejados de ser un observador inercial, el conjunto de individuos de origen no indio, se había engrosado notablemente, siendo el grupo de españoles, y dentro de ellos, los sacerdotes católicos, notable en la composición social de la localidad. Cual pila bautismal del tiempo, el ámbito eclesiástico se enaltece, como elemento de locuaz segregación de La Habana y sus fortes, en una dinámica de gradaciones sonoras, el 15 de agosto de 1607, la originaria iglesia de Guanabacoa fue ennoblecida como parroquia independiente, por el Obispo Fray Juan de las Cabezas y Altamirano.[4] Dicha iglesia consagrada bajo el título de Nuestra Señora de la Asunción, contaba con una fuente bautismal para impartir el sacramento y con tejado, ¨un lujo para la época¨.[5] En un esbozo realizado en 1665, se puede apreciar el escueto edificio, de planta rectangular, techumbre a dos aguas, portón hacia levante y en la cumbre frontal, sobre el caballete impávido, la cruz del calvario.

Esta iglesia –parroquia independiente, eucaristía medular–, diseminó sus servicios hacia una extendida zona de la demarcación, aunque su jurisdicción solo quedó delineada en el mes de junio del año1684, cuando el obispado señaló, por orden del Rey, lo subsecuente:

“Y por cuanto tenemos noticias que la villa de Nuestra Señora de la Asunción de Guanabacoa no tiene señalados términos, y nos ha pedido su cura beneficiado que se los señalemos por esta Santa Sínodo, usando de la facultad que nos concede el Santo Concilio de Trento (…) y en el interín que Su Majestad (Dios le Guarde) lo confirma, informado de cuan necesario es asignarle término a dicha parroquia, o dispone o manda otra cosa, le señala por términos cuatro leguas en contorno de la dicha villa por lo que mira a la parte de barlovento; y por los costados y por la parte que mira a esta ciudad, todo lo que tiene de contorno hasta la bahía, que lo divide hasta el embarcadero de Juan de la Cruz que está en el que llaman Guasabacoa en la parte del sur de la bahía y todo el camino real que sale de dicho embarcadero y va al corral Jiaraco sin atender a los caminos que atraviesan; y desde dicho corral, circulando el corral de Sabanilla, de él a Guanabo, de Don Francisco de Loza, y de este a Guajurayabo y costa norte a buscar el estero que llaman de Cojímar…”[6]

Y de esta manera, mis estimados lectores, se inicia el pináculo eclesiástico en la Villa de la Asunción, otros templos serán instituidos, bajo la advocación y comunión de los santos católicos, nos acercaremos a ellos, en próximas derivaciones, si la joven Clío, con laureles investida, lo permite.

 

Notas:

[1] Carbonell, Néstor: Papeles existentes en el Archivo de Indias relativos a Cuba y muy particularmente a La Habana. Academia de la Historia. Tomo I. La Habana, 1931. Página 225.
[2] Pezuela, Jacobo de la: ob. cit. Página 454. Tomo II.
[3] Vidal y Cirera, Félix: ob. cit. Páginas 19 – 20.
[4] Amigos del País. No. 116, Junio de 1845. Páginas 122-126.
[5] De la Guardia, Elpidio: Historia de Guanabacoa. Página 77.
[6] Weiss, Joaquín: Arquitectura Colonial Cubana. Instituto Cubano del Libro – Junta de Andalucía. La Habana-Madrid, 1996. Página 75.

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