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La sal común desde tiempos inmemoriales (I)

12 de mayo de 2022

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La sal común, es decir, el cloruro de sodio, es en esencia un producto químico de extendido uso tanto en alimentación humana como en muchas actividades industriales. Desde tiempos inmemoriales, el hombre lo aprovechó como condimento de sus lejanas y  desabridas comidas. Junto con el fuego, su empleo constituyó un gigantesco paso hacia adelante para que la necesidad del hombre por alimentarse, escapara del letargo rutinario y se convirtiera en un hecho cultural práctico.

Las características particulares de la sal, como antiséptico natural, facilitaron que ocupara también un importante lugar en la necesidad por mantener sanos los alimentos perecederos. Muchos productos de esta naturaleza multiplicaban su salubridad y vida útil a partir de la salazón; método que por milenios ha sido una socorrida tarea de las costumbres mundanas de todas las clases sociales. La importancia que el hombre notó en sus cualidades, ha sido tal, que prácticamente no ha existido un grupo humano, por apartado y recóndito que estuviera, que no lo haya descubierto para su aprovechamiento. No pocas veces estos asentamientos se ubicaban cerca de depósitos o fuentes de la misma y los custodiaban a capa y espada suscitando incluso motivos de violentas disputas.

No obstante las ventajas enunciadas, en los últimos tiempos la salubridad pública ha establecido rigurosos patrones para su aprovechamiento, debido a las inconveniencias  que su consumo descontrolado y en exceso provoca en la salud de las personas. Esta es la mala cara de la sal que debe ser tenida en cuenta de manera prioritaria.

La obtención de sal tiene dos fuentes principales: en un caso se encuentra de forma natural en los llamados yacimientos salinos terrestres, el otro origen está vinculado al agua de mar que la contiene en bajas proporciones, pero por evaporación solar es factible obtenerla como tal.

Para ubicarnos en contexto, la sal tuvo también su aprovechamiento entre los grupos aborígenes que habitaban nuestra Isla antes de la llegada de los conquistadores. Dadas las condiciones climáticas predominantes en nuestro medio, fue incuestionable que el método que se utilizara para su obtención fuera una incipiente pero eficaz producción de la llamada sal marina o solar. Esta técnica provocaba que las aguas de mar contenidas en las casimbas u otras acumulaciones, por medio de la irradiación solar fueran perdiendo concentración de líquido para aumentar cada vez más la presencia del preciado producto.

Durante la colonia la producción de sal se fue constituyendo en lugares puntuales. La manera de extraerla era rústica y trabajosamente manual. Para esta etapa sobresalieron, entre otras, las salinas de Cayo Sal al norte de región central, bahía de Guantánamo y la península de Hicacos. Una de las más antiguas referencias a la explotación de sal colonial en Cuba, dice que “en 10 de marzo de 1572 Lorenzo Martín pidió autorización al cabildo habanero para utilizar unas ciénagas litorales próximas, inútiles y sin provecho ninguno y en ellas hacer salinas, pues es cosa necesaria para esta República, lo que le fue concedido (Leví Marrero, t. 2, 1974, 338)”, según consta en resumen de artículo, confeccionado por un colectivo de autores, publicado en el sitio digital Aldea Cotidiana copiado el 31 de marzo de 2022.

La tecnología de extracción de sal en Cuba muy poco evolucionó durante centurias. Fundamentalmente, en la primera parte del siglo XX apenas se diferenciaba de las maneras coloniales. La distinción era el intenso trabajo manual, la escasa introducción de modos y operaciones que humanizaran las labores y facilitaran aprovechamientos de capacidades y aumentos de productividad. En la primera década de los años setenta del pasado siglo, las autoridades del país –presididas por el entonces Primer Ministro, Fidel Castro Ruz- organizaron un seriado  de análisis para temas prioritarios de la economía nacional. La ocasión dedicada a escudriñar minuciosamente la industria salinera sacó a relucir su retraso técnico-tecnológico.

 

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A partir de esta conclusión se dictaron varias tareas que derivaron en un vuelco sustancial inmediato con la introducción de la mecanización masiva, la investigación e introducción de tecnologías de avanzada en las operaciones de campo y la formulación escrita de literatura especializad adaptada a nuestro medio. En breve tiempo los resultados fueron palpables, razón por lo cual el equipo multidisciplinario de expertos participantes fue merecidamente reconocido.

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