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La música en la radio (V)

1 de agosto de 2017

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Tal como prometí, hoy dedicaré mi comentario a una emisora que marcó pautas en la música que transmitía: la MIL DIEZ.

Aunque cuando se habla de ella sólo se destaca el rol político que jugó con su salida al aire en un período de crisis radiofónica, lo cierto es que la presencia de músicos tan prestigiosos como: Enrique González Mántici, Adolfo Guzmán, Félix Guerrero y Valdés Arnau, fueron determinantes en la selección del repertorio que se escuchaba, interpretado por una orquesta de intérpretes escogidos por Mántici y dirigidos por él; cuando esta agrupación musical creció, los arreglos necesitaron del maestro Guzmán quien tiempo después asumió la dirección junto a Guerrero; ya en los últimos tiempos se incorporó Valdés Arnau.

La mencionada orquesta constaba de 30 músicos calificados y la calidad del repertorio era de excelencia debido al cuidado que tenían sus arreglistas, pues cuando se incluían obras argentinas, por ejemplo, se incorporaba un bandoneonista; en el caso de música española, se enriquecían los arreglos con la utilización de castañuelas y panderetas y también se cambiaban los formatos de la orquesta según se tratara de música cubana, jazz, zarzuela, ópera, música de cámara… Muchos solistas vocales e instrumentales debutaron con la orquesta de la MIL DIEZ, y obras desconocidas, como los conciertos para arpa, se estrenaron a través de ella.

La emisora contaba, además, con cantantes como: “Cascarita”, Miguel de Gonzalo, Ricardo Dantés (intérprete de tangos, que más tarde se convirtió en uno de los actores más prestigiosos de nuestro país), Pepe Reyes, Reinaldo Henríquez, Miguelito Valdés (bautizado como Míster Babalú), Elena Burque, Tomasita Núñez, Zoila Gálvez, Olga Guillot, Celia Cruz… Tríos  tan reconocidos como el de Matamoros, los Hermanos Rigual, así como dúos y cuartetos, no faltaron en la programación de la MIL DIEZ, y por primera vez se le dio importancia a los arreglistas. En cuanto a las transcripciones, el gran creador de esa técnica fue el maestro Félix Guerrero, cuya fama como orquestador de Ernesto Lecuona fue tal, que se le ofrecieron cuatro mil dólares por el arreglo de “Siboney”.

La MIL DIEZ se preocupó siempre por elevar el nivel musical de los radioyentes y por eso su programación era de excelencia, e incluía informaciones sobre distintos aspectos de nuestra música. Orquestaciones cubanas del siglo XIX como “Danza Puertorriqueña” de Marín Varona, se dieron a conocer aquí. El contacto sistemático de Mántici con María Cervantes, permitió obtener partituras de su padre que sólo ella poseía, como es el caso de su ópera “Maledetto”. Y la MIL DIEZ poseía el único ejemplar existente en Cuba de “El cocoyé”, compuesto para gran orquesta. Cuando fue intervenida por el gobierno de Grau San Martín, existía allí un archivo increíble que aunque no podemos asegurar que fue apropiado por otras emisoras, muchos materiales de CMQ tenían el sello de la MIL DIEZ.

A manera de resumen sobre la música en esta emisora podemos decir que, desde sus inicios, presentó espacios inusuales como el dedicado a la pianística de los siglos XVIII y XIX; estrenó infinidad de partituras a lo largo de su existencia y ofreció informaciones exclusivas. Podemos decir que fue una escuela y también, una especie de laboratorio, pues sus directivos siempre decían que el estudio era la base de un buen músico. Y tenían razón. Al año de creada, ya se había convertido en un suceso en América, donde Shostakovich y Revueltas revolucionaron el panorama radiofónico cubano de entonces. Y cuentan que los argentinos representantes del tango: Santos Discépolo y Homero Manzi rechazaron ofertas considerables de la CMQ y la RHC Cadena Azul, para actuar en la MIL DIEZ, sin cobrar un solo centavo, porque, según ellos: allí era donde se hacía música. Discépolo prestó  a esta emisora su gran bandoneonista Gaggiano quien se unió a otros tres y actuó con la orquesta de la MIL DIEZ bajo la batuta de Adolfo Guzmán, considerando que estaba la altura de las mejores orquestas argentinas, pues no puedo dejar de mencionar, que este gran músico cubano, compositor de canciones inmortales como: “No puedo ser feliz” y “Profecía”, entre otras, tenía una gran experiencia en el género, pues había dirigido orquestas en las que participaba Ricardo Dantés.

Espero que este comentario haya servido para rendir homenaje a los maestros cubanos que tuvieron el privilegio de trazar la política musical de la MIL DIEZ, y para ampliar el conocimiento que el lector tenía sobre esta emisora.

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Comentarios



Walter lsrroquet / 15 de abril de 2018

Hola amigos de cuba, me gustaria saber si existen archivos de radio, en donde esten enrique santos discepolo y tambien homero manzi, les dejo mi inquietud, desde ya, muchas gracias!