ribbon

La historia de la cuchara y el tenedor y las enseñanzas del cuento “La Muñeca negra”

6 de octubre de 2017

|

 

edad000042

 

La historia de la cuchara y el tenedor y el cuento “La Muñeca negra” constituyen otros de los materiales que José Martí incluyó en la cuarta edición de la revista La Edad de Oro, que se editó en Nueva York en octubre de 1889.

En la parte del material referido a los cubiertos de mesa Martí hizo significativas reflexiones acerca de la importancia de la labor de los seres humanos.

Señaló que la muerte es lo más difícil de entender pero que los viejos que han sido buenos dicen que ellos saben lo que es, y por eso están tranquilos porque es como cuando va a salir el sol, y todo se pone en el mundo fresco y de unos colores hermosos.

Precisó que la vida no es difícil de entender tampoco porque cuando uno sabe para lo que sirve todo lo que la tierra, y sabe lo que han hecho los hombres en el mundo, siente deseos de hacer más que ellos todavía y a modo de conclusión afirmó: “…y eso es la vida.”

Martí aseguró que los que están con los brazos cruzados, sin pensar y sin trabajar, viviendo de lo que otros trabajan, ésos comen y beben como los demás hombres, pero en la verdad de la verdad ésos no están vivos.

Igualmente expuso que los están vivos de veras son los que, por ejemplo, hacen los cubiertos de comer.

Estableció un paralelismo entre los hombres y las mujeres, y lo que cada cual podía hacer en el proceso productivo de obras de artesanía ó productos como la cuchara y el tenedor.

Más adelante se refirió en forma específica a las características del proceso de su elaboración.

Explicó que antiguamente se hacían esos cubiertos en forma artesanal y que ya en ese instante se producían con máquinas en distintos talleres.

Y específicamente al describir lo que se podía experimentar en uno de esos talleres, Martí señaló: “Es hermoso ver eso, y parece que está uno en las entrañas de la tierra, allá donde está el fuego como el mar, que rebosa a veces y quiere salir, que es cuando hay terremotos, y cuando echan humo y agua caliente y ceniza y lava los volcanes, como si se estuviera quemando por dentro el mundo.”

Y seguidamente precisó: “Eso parece taller de platería, cuando están derritiendo el metal.”

En este trabajo sobre la historia de la cuchara y el tenedor se complementa la descripción ofrecida por Martí con cuatro láminas, en las que se reflejan en forma respectiva, una visión general del taller, un obrero frente a una maquinaria recortando las cucharas, dos trabajadoras en el instante de estar cepillando los cubiertos elaborados y finalmente un trabajador cuando realizaba un baño de plata a los tenedores y cucharas.

untitled20

El otro material que he citado igualmente incluido en esa cuarta edición de la revista La Edad de Oro, es el cuento titulado “La muñeca negra”.

En este cuento se narra la historia de la niña Piedad y lo que sus padres hicieron para tratar de hacerla muy feliz en ocasión de su cumpleaños. Expresó: “De puntillas, de puntillas, para no despertar a Piedad, entran en el cuarto de dormir el padre y la madre. Vienen riéndose, como dos muchachones. Vienen de la mano como dos muchachos.”

Contó Martí que los padres de Pilar quisieron que su hija despertase llena de regalos, entre los cuales estaba una preciosa muñeca de seda que tenía los ojos azules.

Explicó que cuando Pilar salió al día siguiente a pasear por el jardín llevó consigo la citada muñeca a la cual le pedía que le hablara.

Y al hallarse en un lugar donde no la veían dejó la muñeca al lado del tronco de un árbol y se sentó sola a pensar, sin levantar la cabeza, con la cara entre las dos manecitas.

También Martí señaló que de pronto Pilar echó a correr e insistió para que la dejaran ir hacia su cuarto. Y en cuanto estuvo cerrada la puerta, salió en busca de su vieja muñeca negra y entonces la besó, la abrazó, se la apretó contra el corazón.

En el cuento se precisó además que la niña Pilar empezó a conversar con su muñeca negra y le dijo que ella no era fea aunque tuviera una sola trenza y que la que resultaba fea es ésa que le habían traído, la de los ojos que no hablan…

En la parte final de este bello relato Martí expuso que la niña Pilar siguió hablando tiernamente con su muñeca negra y después de darle un beso quiso dormir abrazada junto a ella, a la vez que le manifestaba su cariño.

El cuento se complementa con tres grabados, el tercero de los cuales refleja a Pilar abrazando a su muñeca negra.

Esta obra tiene una gran enseñanza, la de que un niño puede querer y desear mucho más un juguete, en este caso una muñeca, que aunque aparentemente fuese vieja y fea le resultaba mucho más hermosa que una nueva con vestidos de seda.

Galería de Imágenes

Comentarios